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Voto de antonio1004:
7
Drama Álex y Virginia compran un piso, sobre plano, en las afueras de una gran ciudad porque no pueden permitirse grandes lujos. Con sus ahorros pagan la entrada y aceptan una hipoteca a 40 años. Cuando sólo faltan unos meses para la entrega de la vivienda, el edificio aún está sin terminar. Un día, inesperadamente, precintan la zona y paran las obras. Los compradores forman una plataforma de protesta y denuncian a la constructora. Así es ... [+]
15 de noviembre de 2011
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Festival de cine español de Málaga no suele ser el lugar idóneo para ver cine español, valga la redundancia. En lugar de dedicarse a pleno pulmón como muestra de jóvenes talentos o retrospectiva del mejor cine español, se convierte en un lugar para publicitar lo peor del mismo, una pasarela de famosos por una alfombra roja abarrotada de adolescentes esperando un autógrafo y fotografiarse con la estrella de la serie de Antena 3 de turno. Pero a veces sorprende alguna película que sale de la mediocridad y el conformismo reinante, y este pasado festival ha sido -contra todo prejuicio- una película protagonizada por Fernando Tejero y Malena Alterio, para sorpresa y resignación de muchos.

Que el protagonismo de una historia que han padecido tantas familias (y tantos pobres bancos y especuladores, pobreticos) recaiga en la pareja más conocida de la televisión es un tremendo acierto. La identificación es total, la conversión de roles (de comedia costumbrista al drama social) se produce de manera natural, a nuestros ojos. De la misma manera que la película avanza hasta convertirse no solo en una historia de fuerte calado social, sino en un vehículo revolucionario, una batalla perdida en contra de los de arriba, esos que siempre ganan. Llegado un punto de no retorno, rompe con el habitual discurso adocenado del Aranoa de los huevos y cruza la línea de lo políticamente correcto para dejar de ser cine social costumbrista acomodado, sino cine de acción, pero no del de Jason Statham, del de actuar para cambiar las cosas sabiendo que hemos perdido, en lugar de quedarnos quietos esperando que llegue el 20-N para que nada cambie y perdamos igual.

Por esa valentía y honradez que desprende la obra de Max Lemcke, Cinco Metros Cuadrados merece una atención y un reconocimiento que no está recibiendo en su paso por taquilla. “Si nos cuesta pagar nuestro piso, como para pagar la entrada de una película española”, pensarán algunos. No tenía distribuidor cuando ganó con merecimiento casi todos los premios en Málaga y su tardío estreno quizás haya afectado negativamente a su promoción, pero sobre todo la realidad es que el cine que lucha contra el sistema nunca esta bien visto, y menos si se estrena en época de elecciones. A no ser que este lama la mano de su amo. Afortunadamente, la muerde.

Para ver en sesión doble junto a Crematorio y creer, no solo que otro cine y otra televisión son posibles en España, sino que otros españoles, también.
antonio1004
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