Una de esas películas encantadoras con protagonista encantador, en este caso hecha expresamente para el lucimiento de Tom Cruise, "Barry Seal" es muy recomendable, aunque sólo sea para pasar un buen rato con un entretenimiento no tan ligero (la crítica a EEUU y su política exterior, con el papel de la CIA, personificada en el tipo encarnado por el hijo de Brendan Gleeson).

Otra cuestión es el escaso rigor histórico, ya que se añaden acontecimientos que están confusos o directamente se inventan para la trama recreada, la de las actuaciones del piloto Barry Seal entre 1978 y 1986. Por no hablar de que éste era conocido como "The Fat One" ("El gordo", no hay más que ver fotos suyas) y tenía unos 39 años cuando empezó a tratar con los narcos colombianos, mientras en pantalla vemos al atlético Cruise y sus estupendos 55 (en 2017) palos...

Lo mejor: es endiabladamente entretenida.
Lo peor: el tono excesivamente desenfadado.