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España España · Ciutadella de Menorca
Voto de Joan:
9
Thriller La Yakuza es una mafia japonesa cuyo origen se remonta al siglo XVII. Utiliza los mismos métodos que las mafias occidentales y, como ellas, controla los negocios más turbios: la prostitución, el blanqueo de dinero, el contrabando, etc. Después de la Revolución Meijí (1868), que supuso la occidentalización del Japón, muchos samuráis pasaron a engrosar las filas de esta organización. Harry Kilman, un hombre que formó parte de las tropas ... [+]
14 de febrero de 2009
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sydney Pollack, encontrándose a diez años antes de realizar su famosa y aclamada "Memorias de África", rodó junto a un ya veterano Robert Mitchum un gran, y tristemente algo olvidado, noir-romántico-crepuscular ambientado en Japón, más concretamente, en el meollo de los clanes mafiosos denominados "Yakuza".

Trasunto moderno de Rick Blaine (Bogart en "Casablanca", como habrán adivinado) con retazos, apurando, del Ethan Edwards de "Centauros del desierto", Harry Kilmer (Mitchum) supedita el amor a la amistad, y ésta al honor: Kilmer es un hombre duro y maduro, capaz de tragarse la bilis para regresar a Japón a intentar encontrar a la hija desaparecida de un amigo. Un viaje que le llevará a enfrentarse tanto con mafiosos locales, como a tan dulces como tristes memorias. Recuerdos que no son sino fantasmas interiores, cuya etérea "morfología" responde a un antiguo amor frustrado por expreso deseo del hermano de ella, a quien se creyó muerto en la guerra, y poseedor de un secreto oculto. Cariño frustrado que, sin embargo, también anida vivamente en el corazón de ella, como demuestra el nombre de local que regenta: "Kilmer's" (gran momento el plano de él con el luminoso cartel y la música de jazz, revelando la procesión que tiene al alma de Kilmer como ubicación de su celebración).

Mitchum, empero, irá mano a mano con el hombre que le hizo renunciar a la mujer que amó -y sigue amando- y con una fuerza gestada desde la desesperanza, desde un alto sentido del honor y un pragmatismo vital, adquiridos vía acumulación de edad y adversidad. Ambos se las verán con los peligrosísimos yakuza, que desconocen lo peligrosidad misma de este dúo salvaje, de estos hombres de honor (una honorabilidad excelentemente demostrada en la escena final). Por tanto, huelga recalcar que la dialéctica de los tiros y los espadazos será el vehículo comunicativo entre los gángsters orientales y el grupo de Mitchum y Takakura.

Muy reivindicable película con trama de cine negro, soberbiamente punteada por una banda sonora jazzística, imprimiendo carácter tanto a la vertiente "noir" como a la crepuscular y a la romántica.
Joan
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