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España España · Pamplona
Voto de Edgar:
9
Acción. Comedia Axel Foley (Eddie Murphy) es un impetuoso e inteligente detective de Detroit que sigue la pista del asesino de un amigo suyo hasta los barrios más elegantes de Beverly Hills. Pero antes de que Axel logre su objetivo, va a verse involucrado en una red internacional de contrabandistas y traficantes de droga. (FILMAFFINITY)
2 de septiembre de 2008
25 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1984 Martin Brest revolucionó el mundo de la comedia con este simpático relato policiaco, en el que un detective de gran talento (y a la vez muy peligroso por los desastres ocasionados en sus pesquisas) debía resolver el asesinato de un amigo por su cuenta, ya que ni su jefe en Detroit ni el jefe de la policía de Los Angeles (ciudad donde se encuentra el asesino) quieren que el protagonista investigue.

Hablar de "Superdetective en Hollywood" es hablar del salto al estrellato de Eddie Murphy, encarnando su rol favorito: un parlanchín que básicamente miente más que habla. El caso es que Murphy tiene mucha gracia y sabe combinar una investigación policial con todo el cachondeo del mundo.

El guión se centra en las diferencias entre ricos y pobres. Por un lado está la destartalada comisaría de Detroit y por otro el glamour de la policía de Beverly Hills. Murphy es un detective con iniciativa que se guía por su instinto, pero para su desgracia va a caer en un mundo donde todo se hace según el reglamento, obviando las corazonadas y no dejando nada al azar.

Hay más personajes cómicos como Judge Reinhold (Vaya Santa Claus, Por favor maten a mi mujer) y John Ashton (Instinto, King Kong 2), que verán atormentada su antes plácida existencia con un Eddie Murphy que los saca de quicio cada dos por tres. Pero lo mejor es que el guión sabe combinar hábilmente estos dos atolondrados personajes con la seriedad del teniente de policía angelino, encarnado por el sobrio Ronny Cox (Desafío Total, Asesinato en la Casa Blanca) y el villano de la función, un excepcional Steven Berkoff (Soldado de fortuna, Caza legal) que siempre borda sus papeles de malo, llegando incluso a dar miedo cuando profiere cualquier amenaza.

Creo que ahí radica el éxito de la película: por un lado mucho humor, pero nunca perdiendo de vista la seriedad de un asesinato, un rapto y un asunto de drogas. Desde luego, Martin Brest supo crear todo un clásico del género, el cual ha sido, con posterioridad, altamente copiado, hasta el punto de que en la actualidad ya no hace gracia ver a un actor de raza negra que habla sin parar, aunque no venga al caso. Tal vez sea porque Eddie Murphy sólo ha habido uno, pero el caso es que este tipo de personajes han perdido bastante fuerza en los últimos años.
Edgar
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