El enfrentamiento físico entre Sigourney y el tarado del final está bien, pero lo que es el verbal nada, no encaja que ella se ponga de repente a intentar hundir al asesino psicológicamente con ese ataque de risa tan fuera de lugar, cuando se ve que tiene miedo, y que el asesino tan metódico se enfade de un modo patético y no la hiera siquiera de forma proporcional al agravio recibido...

Los giros: el de la mirilla y los dos policías es bueno, el del baño cuando se hace pasar por el muerto lo vi venir aquí y cuando vi 'El silencio de los corderos' por primera vez. En 'Saw' en cambio sí que me lo trague de lleno. Holly Hunter, que aunque sale bastante y se la ve mona, no logra destacar interpretando un personaje carente de matices relevantes, obviamente no lo ve y acaba recibiendo dos disparos, uno superficial que deja rastro de sangre y otro de lleno en el torso que no deja indicio alguno. Es obvio que llevaba chaleco antibalas y lo sabíamos todos menos el asesino. Con lo perturbado que está, ¿no podía haberla rematado del todo o hacer más daño a Sigourney, al dispararla intencionadamente a quemarropa después de 'muerta', sabiendo que era su amiga? Así cualquiera puede hacer películas. En la azotea algo más de cháchara, manipulación de saldo y no hay que ser muy lumbreras para adivinar como acaba esto. Prescindible, aunque está dirigida con el buen oficio noventero, solo la parte del principio, en la que Sigourney da la charla de los asesinos en serie me atrapó realmente. Luego hasta la angustiosa escena posterior me resultó demasiado aparatosa.