¿Qué es lo que une al mundo (Europa occidental y Estados Unidos) antes de la globalización de internet, las redes sociales y los celulares? Jim Jarmusch nos muestra en una forma más evidente que es el tiempo, la noche y los taxis. Profundizando un poco más, el humor, las ganas de hablar, las ganas de relacionarse, fumar adentro de los taxis, los viajes eternos de largas distancias y la redundante pregunta: "¿Te puedo hacer una pregunta?".

Con un humor bien neoyorquino, al estilo bien Jarmusch ( con un aire al de Woody Allenezco) el director nos relata, con el mismo formato que va repetir en "Coffee & Cigarettes", distintos episodios; distintas historias, sobre personajes que transitan la noche, que no viven el día y que sus sueños, sus pensamientos, sus vidas, sus problemas y sus neurosis son distintas a las de las personas que transitan la vida diurna, pero aun así mantendrá la particularidad que tiene cada ciudad, desde el sueño de ser "una estrella de cine" en Los Ángeles, hasta la frialdad de los relatos (y del clima) de Helsinki.

Una agradable película de culto. Siendo honestos, quizás la olvidemos, o quizás no porque sólo es de Jim Jarmusch, pero igual es entretenido verla. Nos sirve como recuerdo (y descubrimiento para muchos) de lo que era la vida en los noventa, antes de una vida globalizada por la tecnología. Sin duda también es un ícono del cine independiente estadounidense de esta década y que moviéndonos por esta camino, hasta nos hace acordar algunas cosas a "Before sunrise”.