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España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Thriller Tras ser testigo de un accidente, Lou Bloom (Jake Gyllenhaal), un apasionado joven que no consigue encontrar empleo, descubre como forma de ganar dinero el mundo del periodismo criminalista en la peligrosa ciudad de Los Ángeles. Su trabajo es llegar al escenario de crímenes o accidentes y fotografiar lo sucedido para venderlos al mejor postor. (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2017
8 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como diría aquel, me gusta la noche. Soy nocturna y noctámbula, así que una película como «Nightcrawler» reclama mi atención ya solo por el título, y más aún teniendo en cuenta la crítica generalizada, su magnífico cartel y su protagonista, en lo que sospecho que va a ser otra gran interpretación de Jake Gyllenhaal. ¿Cuándo se le va a recompensar a este actor por su meritorio trabajo?

Lou Bloom, un tipo un tanto siniestro y sin oficio ni beneficio, decide probar suerte en la profesión de periodista la noche que presencia el trabajo de unos cámaras en un accidente de tráfico. Así, se hace freelance de las noticias más escabrosas y sangrientas, cuanto más mejor, porque nos aseguran en «Nightcrawler» que son ese tipo de noticias e imágenes impactantes las que quiere ver el público. Se parte aquí de una leve exageración de los hechos para potenciar el mensaje, aunque pongo en duda que realmente estos métodos y este periodismo competitivo y amarillista no se acerque bastante a la verdad.

De ahí posiblemente que sea un psicópata el hilo conductor de la película, porque solo una personalidad así puede estar cómodo y feliz en ese mundillo. Aunque a mí esto sí me parece muy exagerado. El protagonista Lou Bloom es por encima de todo un criminal que demuestra su absoluta falta de empatía en cada cosa que hace y dice. De esta manera, sus acciones, sus medios, se salen del debate en torno a la legitimidad del periodismo, la ética profesional, la libertad de expresión y el derecho a la información, que es lo que nos interesa, para entrar de lleno en lo criminal, en lo amoral. Tanto es así, que creo que esto queda en un segundo plano, por lo que no puedo dejar de preguntarme si Gilroy no ha querido en realidad establecer una relación directa entre morbo, éxito y tendencias sociópatas más que hacer una crítica a los medios de comunicación; lo que vendría a ser un reflejo del capitalismo extremo que aúpa a quien esté dispuesto a dejar toda conciencia atrás.

Gyllenhaal está de diez, de nuevo. Afeado, delgadísimo y repelente, no pierde estilo y transmite de forma obscena y peligrosa la obsesión de un hombre por triunfar a cualquier precio.

Y de su triunfo todos somos responsables.
Kaori
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