«Amanecer rojo» puede que sea muy absurda, pero que lo tengo clarísimo es que muchas críticas que estoy leyendo son igual, o más absurdas que la película. Así de claro lo digo, sin animadversiones ni odios panfletarios y obcecados como los de muchos de los usuarios. De verdad, os respeto a todos vosotros, pero no respeto las burradas bochornosas que algunos sueltan a veces. La sociedad sí que tiene el cerebro comido, lavado y vuelto a rellenar por el pensamiento dominante, tenga sentido o no lo tenga; esté en lo cierto, o no lo esté. Perdón si me explico con dureza, pero es que me he mosqueado.

Me he mosqueado, sí, con ese uso abusivo e ignorante de términos como «fascista». Pero, ¿de verdad sabéis lo que es Fascismo? Lo dudo mucho, si es que confundís nacionalismo, patriotismo, militarismo o, simplemente, muchos tiros y muchos muertos con esa doctrina. Me he mosqueado con esa alteración nerviosa que os entra porque el enemigo es el Comunismo, como si los soviéticos no hubieran invadido nunca ningún país, no hubieran establecido regímenes que todavía hoy se destacan por su crueldad, o nunca hubiera existido la llamada Guerra Fría; pero, ¿qué os creéis que pasaba en la URSS y regímenes similares, por ejemplo del Sudeste Asiático? Me he mosqueado con esa aversión que muchos mostráis al propio argumento, indignados por la lucha de este grupo de jóvenes metidos a guerrilleros; muy bien, pero me da a mi que si, en vez de norteamericanos, hubieran sido... yo qué sé, afganos, mexicanos o indios, aplaudiríais hasta el éxtasis, e incluso os alegraríais de que mataran a los representantes de la «potencia imperialista», que se ve que sólo es «potencia imperialista» cuando son blancos y occidentales, que además está muy bien que mueran a manos de los insurrectos, ¿no? Venga, hombre, que el discursito es siempre el mismo y ya nos sabemos la hipocresía que impera en algunos sectores. Meditad un poco antes de abrir la boca o teclear el mismo mantra sectario.

Ahora, entrando estrictamente en terrenos cinematográfico, he de decir que «Amanecer rojo» es bastante malucha. Su mayor flaqueza es el apartado de acción, que a parte de ser un poco fantasma, tiene cero tensión. Aún con todo, la película tiene más matices de lo que parece, ya que a los personajes se les nota el sufrimiento, ya que no paran de llorar por mucho que quieran no hacerlo, y pasan por continuos momentos de dudas ante la guerra que están librando, llegándose a preguntar si hacen lo que deben hacer, sin conseguir una respuesta. Evidentemente, al final hay una justificación de la lucha armada porque «este es nuestro país», pero que desde luego no me convence, y creo que a ellos tampoco mucho. Sobre los invasores, una alianza ruso-cubana, diría también que se ven con bastante condescendencia y, de hecho, el militar cubano tiene posiblemente el gesto más noble de toda la película, así que si alguien quiere ver demonios, que se busque otro sitio. Los personajes se difuminan demasiado, el drama carece de fuerza y la historia no cuenta con el ritmo apropiado para una historia de aventuras y acción como esta.

Más anecdótica que seria. El odio guardáoslo para vosotros.