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España España · Málaga
Voto de Kaori:
7
Drama. Intriga El fiscal de Nueva Orleans Jim Garrison (Costner) reabrió el caso del asesinato del presidente de los Estados Unidos John F. Kennedy y presentó cargos contra algunas personas. Después de entrevistar a numerosos testigos de Dallas y a personas relacionadas con los hechos, mantuvo la tesis de que el magnicidio fue fruto de una conspiración en la que podrían haber intervenido el FBI, la CIA y el propio vicepresidente Lindon B. Johnson. (FILMAFFINITY) [+]
21 de junio de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clásico donde los haya, el asesinato de Kennedy sigue a día de hoy siendo objeto de toda clase de teorías conspiratorias. Aunque prevalece la verdad oficial, gracias a películas como «J.F.K.: caso abierto» podemos intentar acercarnos a este impensable magnicidio desde una óptica de lo más interesante.

Dicen que a Oliver Stone le empezaron a caer palos por todas partes cuando se decidió a filmar el libro de Jim Garrison, así que, para que todos se lo tomaran y le tomaran muy en serio, adaptó el guión de una manera que no quedase lugar a dudas sobre los agujeros negros, incongruencias, abusos de poder y sospechas varias que rodearon el asesinato. Así, hace una película con vocación de documental e investigación policíaca que es una delicia, y además sin olvidarse del elemento artístico innato en toda obra cinematográfica. Montaje descomunal, fotografía maravillosa, banda sonora cohesionada, interpretaciones que te dejan atónita y unos diálogos repletos de perlas. Curiosamente, de entre todos los discursos, el más obvio es del fiscal Garrison en el juicio, que cae en una verborrea de barras y estrellas que a mi personalmente me sobra un poquito. Eso sí, el Coster hasta lloró.

Reparto que, a decir verdad, prácticamente hacen solos la película, porque hete aquí que encontramos (entre otros) a Kevin Bacon, cuya primera aparición en la cárcel es insuperable; a Tommy Lee Jones, en quien recayó el privilegio de estar nominado al Oscar; a Joe Pesci, desquiciado y excéntrico pero sin caer en la parodia; a Kevin Costner, sin duda en uno de sus mejores papeles y, de nuevo, enamorando; a Jack Lemmon, Sissy Spacek, Donald Sutherland; y al ente sobrenatural llamado Gary Oldman. Se sale de la pantalla, absorbe las escenas y construye un personaje completo sin apenas líneas de guión; qué digo construye: se metamorfosea en Lee Harvey Oswald. Y, por favor, pero que bien sabe morir este hombre en escena. Que actorazo.

«J.F.K.» es técnicamente redonda, pero le falta algo más de calor y pasión. Quizá demasiado concentrado en los hechos históricos, Stone se olvida de las personas y de la universalidad que supone un caso como este. Nos queda, eso sí, la búsqueda de la verdad, aunque no pueda decirse, aunque luego nos vayamos de este mundo, aunque el cielo se abra.

Pero, ¿seguro que a la gente le gusta la verdad?
Kaori
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