Lo primero que pensé al terminar de ver «Porque te vi llorar» es que estaba ante un auténtico p-e-l-i-c-u-l-ó-n. Lo digo muy en serio. Viendo esta producción española una se da cuenta de que nuestro cine no tenía nada que envidiarle a las producciones norteamericanas, no tengamos prejuicios. Estamos en 1941, habíamos sufrido una guerra civil, que se dice pronto, y éramos capaces de ponernos románticos y todo. Viva España.

Lo cierto es que FilmAffinity debería revisar la sinopsis de la película porque se cuenta en ella más de lo que se debería, y muchas cosas falsas además. Lo mismo pasa con algunas críticas. De verdad, no leáis nada porque saldréis perdiendo. En este caso la ignorancia es una ventaja y os aconsejo encarecidamente que no sepáis absolutamente nada de la historia que nos cuenta Juan de Orduña basándose en guión de Santiago de la Escalera. Yo solo diré respecto a esta trama que es muy intensa, muy fuerte desde un punto de vista emocional y moral, y que lo que produce en el espectador se parece bastante al espanto. Por supuesto, hay mucho más de lo que parece y es lo que esconde tras la muralla de «odio y rencor», como diría el personaje de José, lo que lleva a «Porque te vi llorar» a ser una de historia de amor y perdón memorable.

Una película de obvia sencillez técnica, inmadura cinematográficamente, pero que ofrece una gran idea y una gran lección de dignidad y nobleza con una vocación poética indiscutible. Qué bien suenan las jotas asturianas y qué bonita fotografía del plácido mar en el atardecer.

Ojalá todos los corazones alcanzaran esa bella placidez.