Ed y Lorraine Warren vuelven a la carga. Lo hacen 3 años después de su debut cinematográfico y de la mano del mismo director de aquella excelente "Expediente Warren". Esta vez, James Wan nos lleva a otro trepidante y misterioso caso en el que esta pareja de demonólogos se involucró allá por el año 1977.

En el barrio de Enfield, Londres, Inglaterra, hay una familia que esta sufriendo los estragos que un ente maligno esta causando en su casa. Voces, susurros, golpes en mitad de la noche y apariciones espontaneas... todo esto trae de cabeza a una madre soltera que convive con sus 4 hijos en una casa que se convertirá en el hogar de algo terrible. Después de pedir ayuda a la iglesia, Ed y Lorraine se trasladan hasta allí para tratar de aclarar el misterio que atormenta a la familia Harper. Poco a poco, dejarán atrás el escepticismo inicial que sienten ante lo que ven y formarán parte de un horror que llegará a afectarles de una manera que nunca antes llegaron a imaginar...

Vera Farmiga y Patrick Wilson repiten como Ed y Lorraine Warren en esta segunda aventura de terror que se traslada a la pantalla grande. Otra vez capitaneada por el cada vez mas brillante James Wan, esta película se siente mas madura y mas segura de sí misma. La película comienza con un prólogo que nos presenta el trabajo de los Warren en el caso de posesión mas famoso de la historia de Estados Unidos. Esto sirve al espectador para familiarizarse de nuevo con unos personajes que ya conoce y que poca presentación necesitan. Tras unos minutos en la casa del 112 de Ocean Avenue, comienza el plato fuerte de verdad: el horror de una familia inglesa a la que los Warren ayudarán.

Tensión, horror, sustos por doquier y mucho desasosiego es lo que ofrece, una vez mas, el director malayo. Dos horas y cuarto de película en la que también hay tiempo para presentar el lado humano de unos personajes a los que conocemos de una manera mas personal en esta segunda entrega. A diferencia de la primera película, esta segunda cinta hace todo mas grande y mejor: mas tensión, mas sustos y mas desazón para regalar a un espectador que va al cine esperando algo que acaba por sorprenderle. Incluso se permite unos leves y muy bienvenidos instantes de humor en medio de tanto horror. La cinta se las arregla para no perder el ritmo en ningún momento y los actores vuelven a dar lo mejor de sí mismos para confeccionar una secuela con muchas novedades respecto a su antecesora y que logra no caer en la rutina y no repetir una y otra vez la formula de la primera película.

Todo un acierto. Lo pasarás mal pero disfrutarás como nunca con un horror muy bien construido y desarrollado a lo largo de sus, nada pesados, 134 minutos de duración.

10/10