«- ¿Cree usted que todas las guapas son tontas?
- No, también hay alguna tonta que es fea.»

Este infame producto lo echan a la hora a la que habitualmente meriendo, y como cuando me tomo los cereales está Teleahínco puesto y me da pereza cambiarlo, pues me trago unos 10 minutos diarios de bazofia, que cabrea hasta límite inimaginables y tapona el esófago (es un mecanismo de defensa, para provocarte la muerte antes de tragar más basura televisiva).

Es un absurdo remake español de una ya de por sí absurda y asquerosa telenovela (vamos, un culebrón), que tendrá a saber cuántas versiones, y aquí no podíamos ser menos (si hasta en los Esteits la han hecho, cagon diez). Diálogos del todo autistas, con una protagonista que posee una voz nasal del todo hiriente (casi me corto las venas con una cuchara una vez), tópicos a cual más exagerado, horrible y odioso, y una historia que se alarga hasta la eternidad en la que todo el mundo (porque, por alguna razón que no alcanzo a comprender, este truño bate records de audiencia), espera que veamos que la bondadosa hasta el odio (más buenaza que el Peter Parker de "Spiderman 3", así que imaginaos lo tonta que es), es en realidad una belleza y se va a quedar con el guapo de la oficina o donde coño trabajen (y me pregunto yo: ¿cuánto tiempo puede tardar una persona en darse cuenta de que deshaciéndose esa horrible coleta y poniéndose unas gafas menos horripilantes, ganaría millares de puntos en belleza? Lo que decía, tonta de remate).

Total, un sub-producto nacional a un nivel incluso más bajo que de costumbre al ser remake de un culebrón, y en el cual las odiosas voces chillonas de todos y cada uno de los autistas protagonistas provoca justificadas ganas de suicidio. Entre la fea tonta, la 'guapa' subnormal, el guapo tontorrón, el esperpéntico maricón, y demás fauna infernal, sólo sirve como calentamiento antes de irte a dar de hostias con alguien a quien no le tengas mucho asco. Y ya de paso, diré que comparto la frustración/ira que siente Grandine al ver que está este esperpéntico producto (y muchos otros), a falta de muchas obras maestras o no tanto, conocidas y no, pero que desde luego no son ni de lejos tan aberrantes como esta puñalada en el concepto del arte. Líder de audiencia... para que luego digamos «es que nos tratan como a tercermundistas». ¿No véis lo que vemos? Pues eso.