Pero no una alfombra cualquiera, la alfombra de El nota. Informo.

A partir de ahí, lo único que puedo hacer es ofrecer motivos a las personas que aun no hayan tenido la ocasión de ver una de las comedias más atinadas, divertidas, gamberras y macarras de los últimos años (aunque ya han pasado casi 10..), de mano de los brillantes Coen:

- La extendida galería de personajes. Empezando por El nota, interpretado por un Jeff Bridges en soberbio estado de forma, le otorga el descaro y desparpajo necesario para hacer de su personaje uno de los pilares del film. Siguiendo con Walter, al que da vida un John Goodman sublime, con geniales momentos y carcajeantes diálogos que no pueden obviar la palabra Vietnam de ninguno de los modos. Dando a luz a uno de los mejores personajes secundarios de la historia del cine, el inmenso Jesus Quintana, llevado con gran pericia por el dios Turturro que, con un par de apariciones, poco más necesita. Y, por último, un pobre Donny, denostado por su compañero de juego y con una gran actuación de Buscemi tras él. Tampoco hay que perder detalle del gran Philip Seymour Hoffman como secundario de lujo.

- Las situaciones, momentos y diálogos, desde la entrega en el puente, donde Walter ofrece un inmejorable momento, hasta el apoteósico final que es un no parar, pasando por las ya célebres apariciones de Quintana, las puntillas de Walter y el Vietnam o el desprecio (con cariño) mostrado hacía Donny.

- La soberbia dirección. Impecable. Instantes como los musicales o el cómputo global de secuencias demuestran el perfecto e impoluto trabajo que realizaron los Coen en esta pequeña joya de la comedia norteamericana. No pierdan detalle de absolutamente nada.

- Una BSO de auténtico L U J O, mención especial al puto Quintana -Hotel California y aparición estelar- sí... soy un puto pesado con el Quintana de los huevos, pero es, sencillamente, insuperable..

Si no lo han hecho ya, alquílenla, descárgenla, cómprenla, hagan lo que quieran, pero véanla.
Sin más, me despido. (*)