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Voto de Anibal Ricci:
10
6.6
27,524
Animación. Ciencia ficción. Comedia. Terror Película basada en el cortometraje homónimo que el propio Burton realizó en 1984. El experimento científico que lleva a cabo el pequeño Victor para hacer resucitar su adorado perro Sparky, lo obligará a afrontar terribles situaciones cuyas consecuencias son imprevisibles. (FILMAFFINITY)
21 de mayo de 2013
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
El infierno es el otro –como filosofaba Sartre durante la Segunda Guerra Mundial- y particularmente si este otro está conformado por muchos, como expone lúcidamente Tim Burton a través de sus películas.

En “Frankenweenie” está representada la sociedad, los otros, en las alocuciones de un alcalde catastrofista e ignorante interpelando a ciudadanos aún más supersticiosos. El profesor tiene una dimensión que asusta un poco, aunque ojalá los de nuestro país tuviesen su coraje. También está presente esa gama horrorosa de compañeros del colegio de Víctor, el protagonista, un niño tímido que experimenta con su vida más allá del común de los niños de su edad. Hasta sus padres (los señores Frankenstein) representan a los otros, en la medida que el padre trata de inculcarle a Víctor su predilección por los deportes populares, buscando ese punto medio, socialmente aceptable, que muchas veces lleva a la mediocridad.

En determinado punto de la cinta, la maestra de gimnasia resume: “A veces saber demasiado es el problema”. Una manera de decir que sería mejor hacerle caso a las opiniones de los demás para sobrellevar una vida apacible.

Una muestra de cómo la intolerancia social es detonante del conflicto existencial al interior del ser humano.

Mi libertad queda estrangulada y mi ser se aliena al ser un ser que “es visto por otro”.

Sentir la mirada del otro, es experimentar que dejo de ser dueño de la situación, porque hay otra libertad a la mía que le hace frente haciendo de mí un instrumento entre los instrumentos.

El hombre es el marco de una lucha permanente que, en el ejercicio de su libertad, experimenta el precio de la misma: la soledad.

OBRA MAESTRA. Oblíguese a verla en 3D y ojalá sin subtítulos distractores. No le cuento la trama para que sea protagonista de una historia simple con un final sobrecogedor. Si antes le gustó “El joven manos de tijera”, ahora saldrá emocionado y sobre todo fascinado por un guión realmente genial.
Anibal Ricci
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