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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
4
Romance Carlos (Noriega) es un guionista cinematográfico que se siente frustrado profesionalmente. Con 30 años, Irene (Jenner) no tiene claro qué hacer con su vida. Sobre ellos aún planean las sombras de sus antiguas relaciones: María (Salamanca) y Jorge (Gabino Diego). Cuando Irene se encuentra con Carlos en una librería-café, aunque no lo conoce, se acerca a él y le propone un juego: convertir sus anodinas vidas en una aventura. Irene es una ... [+]
14 de febrero de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Amo tu cama rica o Los mejores años de nuestra vida. Deseando amar. (500) días juntos. Ruby Sparks. Hasta incluso podría, tirando la casa por la ventana, ser Un banco en el parque y, ya si nos volvemos locos o somos muy generosos y nos echamos a perder, Más extraño que la ficción, pero no, es conservadora, pacata, está muy estructurada, empaquetada, metida de lleno dentro de un gran tópico, ahogada por las convenciones, los personajes secundarios son horrorosos, no nos sirven para nada, la trama entera es una bobada, fue una pena porque tenía o tuvo varios elementos apreciables o interesantes, la escritura impúdica que desnuda sus filias (más) y fobias (pocas), que no se avergüenza de ser pedante, ridícula, relamida o retruécana, la búsqueda de los juegos de palabras y sus efectos más o menos poéticos (rimas algo forzadas o conceptuales) o transgresores (muy blandos y hasta penosos), las referencias o alusiones, esa casi inocencia peliculera, el intento primero de ser medio original, hasta que aparece, maldita sea la hora, el elemento, el otro a la distancia, los planos bonitos, vamos, maño, el esfuerzo titánico, yo los aplaudo, de los dos por resultar naturales a pesar de recitar unos diálogos tan artificiales y, en general, la sensación de bondad, grandes personas las que la hicieron, huele a eso, más o menos, el universo naíf, el clasicismo juvenil, esa verbosidad transparente, hay que tener los huevos muy gordos, así de grandes para citar a estas alturas a Bukowski sin caérsete los palos del sombrajo, La máquina de follar nada menos, estamos locos, un cincuentón, el director escritor, y un cuarentón, el protagonista, esas ínfulas o enormidades tan poco escondidas o disimuladas. Vale.
Es una nada rebuscada que da vueltas sobre sí misma para llegar al único sitio posible y tan previsto, y menos mal, peor todavía hubiera sido una final sin potosí, ya no. Ellos son las víctimas, como en la de Wong Kar-Wai y alguna más, tema repetido, que por el camino, a la fuerza ahorcan, se entretienen y enamoran, dos por uno, no les valoraron como se merecían y ahora sus ex se arrepienten, el amor es un mercado persa, lo que tú vales depende de la oferta y la demanda que despiertes, si a alguien que no está nada mal, mucho le interesas o gustas, no debes ser tan mierda, tu precio aumenta, así funciona la cosa o bolsa, fluctúa, según Lamata, el de Isi/Disi: Alto voltaje, la secuela o parte contratante de esa obra maestra de Chema de la Peña por Miriam Díaz Aroca, los otros dos son los malos y el quinto en discordia es el personaje raro, el que arriesga, el Pepito Grillo, el diablillo, el amigo invisible Harvey (lo de Lerda y Mema da grima, dos tontas muy tontas, también sobra), una pareja de (poca) tesis.
Hubiera sido todo mejor si se hubieran dejado llevar más, si hubieran prescindido de la mujer/esposa pedorra y del escritor de éxito Gabino Diego, muy mal, que nos importan un huevo, si hubieran llevado la apuesta hasta el extremo, hasta el final, que en ningún momento hubieran hablado de su vida, esa infinita vulgaridad u ordinariez, de sus nombres o profesiones o amores, nada de eso, vade retro, de la ridícula y banal biografía tan intercambiable y aburrida y anodina, mejor mantener el secreto/misterio, como le decía con gran criterio certero Brando a Schneider en El último tango en París, que se amaran o amasen sin necesidad de caer en tristes tediosos lugares comunes interrogatorios, que fueran amantes de verdad, como los de Louise Malle, los primeros, como Adán y Eva, que inventaran/descubrieran el amor virginal y a ver qué cojones pasa, sin fórmula, desde dentro, que hablaran dos horas, o muchas más, seguidas, sin parar para apenas respirar, a tumba abierta y a ver quién es el guapo que en pie aguanta, más como Rohmer o Eustache y no como ese indie baboso norteamericano que gusta tanto, algo así, por qué no, bueno, da igual, a esa también la criticaríamos y encontraríamos numerosos fallos y traiciones al sentido de la vida, para eso estamos al fin y al cabo, para criticar.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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