Sé fuerte.
Está claro que escogieron como director a Lasse Hallström al examinar tan atentamente su excelsa filmografía y descubrir la mar de sorprendidos que él en una vida anterior también había sido un perro, para más señas sueco, así funcionan allí, en la meca del cine, el campo de los sueños, los más preclaros cerebros, no dan puntadas sin hilo los que más saben de tan artístico egregio negocio, de esto, nos dan mil vueltas, saben sánscrito, latín y arameo, nos viene al pelo se ve que inmediatamente pensaron o se dijeron, te contratamos, cheque en blanco, pide por esa boquita lo que tu más quieras que ahora mismo todo te lo damos, la vida entera, o quién puede saber más de perros que un experro, pues eso, blanca y en botella, cualquier cosa, usted a saber vaya, habrá que con mucho detenimiento olerla incluso probarla y que Dios confesados nos coja, la ruleta de la fortuna, tira.
El caso es que los actores perros en esta ocasión que la pintan calva son o fueron o serán a no tardar directores, de cine, de qué si no, apuntan o apuntaban ya maneras de hecho, tienen o tenían de sobra garbo y salero, gracia y desparpajo, a raudales se les sale o salía por los poros, por el morro o mejor hocico el talento canino.
De ahí que sean, ahora ayer y siempre, tan obedientes y bien educados y escuchen y atiendan la voz de su amo con la fe del carbonero, de eso saben un rato, más que el tato, de obediencia ciega, de recibir órdenes y cumplir el expediente, de estar a toque de pito, que suene la flauta, de olisquear el ambiente y adaptarse tan ricamente, será por correas y collares, bondage.
También actúan como aquí se comprueba, muy habitualmente, de correveidiles, alcahuetas y celestinas, casamenteras, cotillas, viejas del visillo, meticones, unos fisgones viento en popa a toda vela, no quepa duda, mira y aprende si puedes, ábrete de orejas y de lo que puedas.
Ahí, en ese ámbito sentimental venéreo, hay una buena industria por explorar, casi virgen en este sentido, cómprate un perro para ligar y abandonar la perra soledad, no como hasta ahora como una cutre burda excusa para romper el hielo o acercarte a tu presa, no, de verdad, que ella o él te traigan al maromo o a la jaca a tu casa, al titi o fulana, a tu vera por un módico precio sin tú mover un solo dedo, a la Bartola tirado, haciendo tiempo. Ahí lo dejo en todo lo alto lo pongo propongo porongo a los emprendedores más aviesos espabilados despiertos del mundo entero se lo pongo a huevo, en bandeja de plata como a Fernando. Ay si Zuckerberg lo hubiera sabido a tiempo a la mierda Facebook, ahora sería más sabio y rico, lo siento.
En fin, que es una obra animal cinematográfica de primer orden, los protagonistas van disfrazados, como todos, no nos escandalicemos, aunque siempre unos incluso más que otros, que el resto, por ello es todo tan creíble y pertinente y precioso, eso lo saben de sobra no los que tienen perro, esa obviedad vulgaridad, sino los que lo son o han sido o desean serlo, para ellos es esta película en realidad, no nos engañemos.