Hacer del cinismo un espectáculo soy la hostia el más macho. Uno de los nuestros ha tenido muchos hijos malditos bastardos y este es uno de ellos. El mal como modelo. El cachondeo detrás del agujero. Estados Unidos como un enorme vacío o estercolero. El dinero como el único método. El mundo entero como su patio de colegio o recreo. La farsa como moral. Todos los estamentos oficiales u oficiosos como títeres sin cabeza de un poder invisible y sin sentido. La vida como una broma macabra. Todo es una estafa chusca.
Película desoladora en el poco fondo ya que supone una celebración festiva de la más abrumadora corrupción e impunidad, la demostración palpable/evidente de que no hay nadie al volante, de que vivimos en una cochiquera en la que nada es verdad y todo mentira, carnaval o payasada, dirigidos por energúmenos o mamarrachos sin escrúpulos ni cerebro, rodeados de idiotas y oligofrénicos que van sin frenos, poco nos pasa teniendo en cuenta todo esto tan edificante bello.
Para que luego haya alguno que se pueda tomar algo de lo que sucede o nos muestran o cuentan los medios sobre/en el teatro político económico bélico médico mundial mínimamente en serio que me muero me descojono, dios mío, llévame pronto.
Tom Cruise haciendo de súper macarra porque yo lo valgo mira como sin manos vuelo. De acuerdo.
Como comedia tiene cierta corrosiva gracia, cuando se pone más dramática, nada, pues eso, pura superficie, grand guignol, esperpento macerado flojo, entretenimiento llevadero hermoso, tontería irónica, sarcasmo blando, más de lo mismo lo de siempre, una obra media, del montón tibio bueno, vivimos, eso es cierto, en el mejor de los mundos posibles e imposibles, en constante progreso, un hecho.