Clavícula. El leopardo de las nieves. Vive como quieras. La boda de mi mejor amigo.
Orden y progreso versus caos y destrucción. Es decir, amor. Pasión. Sexo. Hombre y mujer. Todo eso tan hermoso o bueno. De donde nació/surgió el universo entero. Lucha de opuestos. La vida y la muerte. Eros y Tánatos. Sacco y Vanzetti. Pedro Sánchez y su espejo. Filmaffinity e IMDb. Montoyas y Tarantos. Tú y yo. Bola de fuego.
La película es una gigantesca y simpática chorrada que te la comerías a besos y no hace ni puta gracia, tarta de boda, música de ascensor o tanatorio, frío como el hielo, esa nevera o despensa de viejas conservas, fiambres, filetes, capitán pescanova.
El absurdo es asunto sagrado, de reclinatorio, pero debe ser transgresor, violento, espontáneo, salvaje, avive el seso y despierte, nunca pueril, forzado, ruido, casto, manso, hirsuto, pesado-liviano. Lo mismo que el humor que debe herir, zarandear, remover, levantar el polvo, igual que todo lo bueno que te tiene que joder vivo, no agradar al remolón y perezoso mayoritario personal, y esta bestia susodicha es inofensiva, de peluche, ni un triste mordisco, en una buena película de verdad se los hubiera comido a todos de un bocado, devorado, ni las raspas hubieran quedado, para luego cagarlos a bote pronto, de golpe, para así poder empezar desde cero, todo de nuevo, la energía no se destruye, solo se transforma, ese sí que sería un buen chiste o idea concepto, el mejor posible comienzo, nos partiríamos la caja de pino, nos moriríamos de la risa tan felices, enhiestos y plenos, casi como un recién ahorcado o casado.
Ella tiene un pelo y unos ojos bonitos, su táctica en los diálogos consiste en que tú me dices una cosa, la que más desees, y yo te llevo por donde me da la gana, nunca te respondo o contesto, parecido a lo que hace con el resto, maneja el mundo a su antojo, por montera lo lleva, qué miedo, era veneno para la taquilla por aquel entonces, la pobre, después remontó el vuelo, lo cual no quiere decir nada, obviamente, él era muy guapo, pimpollo, me muero.
Es su despedida de soltero.
Los norteamericanos no paran, horror vacui, ese es su mundo, ese trajín constante y ridículo, tanto alboroto, engendro, averno, cháchara que agota, mata, muñecos de trapo, no pares, sigue, haz algo, lo que sea, huye hacia delante, mueve, agítate, la coctelera, bailad, bailad, malditos, hasta que el cuerpo aguante, camina, revienta, de mí vete pero vuelve.