Un buen ejemplo del llamado cine de autor. O de autora, en este caso. Claire Denis reconocida por ello, hace y deshace a su antojo, juega con las imágenes y las palabras, en este caso muchas, a las que aplica también sus elipses habituales, para contarnos el periplo vital amoroso afectivo de una mujer madura que con cierta ingenuidad busca y rebusca ese amor que la satisfaga existencialmente, sin encontrarlo, quizás porque no exista o quizás porque primero ella debe poner orden en su interior, liberarse a si misma y dejar de ser dependiente afectivamente.

Etiquetarla como comedia romántica es hacerle un flaco favor y generará frustraciones en aquello que acudan a ese reclamo. La comicidad es tan sutil y de autora como la película. Una película paradojicamente premiosa en su intento de ser natural a su manera y sobre todo aburrida, por mucho que uno entienda, empatize y se ponga en el lugar de esta mujer. El desarrollo visual, donde abundan los primeros planos, nos regala algunas bellas y sinceras imágenes a mayor gloria de La Binoche, alma mater de todo el proyecto y sin la cual, servidor, no hubiera aguantado hasta el final. Un final por cierto impagable que por si solo merece la pena llegar a él.

cineziete.wordpress.com