El danés Pedersen hace una pausa relativa en su labor como documentalista para narrar el encuentro mítico de 1980 en Wimblendom entre estos dos singulares tenistas: el sueco Borg y el norteamericano McEnroe, su sucesor como número 1 del tenis mundial. El mejor encuentro de la historia según algunos no deja de ser el McGuffin, la excusa sobre la que Pedersen pasa con notable técnica de edición cercana a la crónica documental para mostrar ya en el campo de la ficción dramática, los entresijos psicológicos, la trastienda emocional de los dos tenista y la tensión personal y pública a la que se someten en sus carreras como deportistas.

Pedersen y las dos notables actuaciones de sus protagonistas en las que Gudnason se mimetiza físicamente de forma  increíble con Borg consiguen mantener esa tensión durante todo el metraje a la que se podría añadir la del propio resultado del partido si no se conoce o no se recuerda de antemano el resultado; para los aficionados al tenis algo casi imposible. En el debe, el director a mi juicio se queda muy en la superficie de la personalidad de sus protagonistas a los que cuida y respeta demasiado. Quizás porque Borg es nórdico o porque McEnroe al que no se le dan las gracias en los títulos de crédito podría agarrarse uno de sus míticos cabreos si se rascara demasiado en su vida personal. Tira Gudnason de flashback para apoyarse tímidamente en dichos entresijos sin demasiado acierto, aunque ahí está Stellan Skarsgärd para que no se note demasiado, en ese papel de jugador frustrado que entrena a Borg y que a poco que le dieran cancha se podía comer a los protagonistas.

Al final el asunto funciona moderadamente bien y remata el director con una emotiva escena en el aeropuerto que podría subtitularse recordando a "Casablanca" como: "el comienzo de una gran amistad " entre ambos tenistas.
 
Borg, quizás no pudo soportar tanta tensión y el "hombre de hielo" se retiró de las pistas con tan solo 26 años dejando un legado impresionante. Solo Nadal a superado algunos de sus récords. Con McEnroe se enfrentó en 14 ocasiones, con resultado de empate, siete para cada uno, pero a la postre de las 14, cuatro fueron finales y tres las ganó el gruñón de McEnroe.

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