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Voto de Mad_Astronaut:
9
Intriga. Thriller Ángela, estudiante de Imagen, está preparando una tesis sobre la violencia audiovisual. Como complemento a su trabajo, su director de tesis se compromete a buscar en la videoteca de la facultad material para ella, pero al día siguiente es hallado muerto. Ángela conoce a Chema, un compañero experto en cine gore y pornográfico, y a Bosco, un extraño chico, amigo íntimo de una joven asesinada en una snuff movie. (FILMAFFINITY)
22 de marzo de 2015
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los años que han pasado no hacen más que evidenciar que Tesis no solo fue una película impactante en su día, sino también, pionera en el panorama cinematográfico español. Se trata del primer largometraje con en el que Alejandro Amenábar se dio a conocer ante el gran público. Un debut atractivo y atrevido que apostó por el thriller, un género con poca trayectoria en el cine nacional, y por la temática snuff, un concepto tan macabro y aún tan poco conocido en la España de mediados de los 90.
El suspense es marcado desde el inicio del film, cuando Ángela (Ana Torrent), estudiante de Imagen que realiza una tesis sobre la violencia audiovisual, y Chema (Fele Martínez), un sarcástico compañero de aspecto lúgubre y amante del cine gore, obtienen una cinta de vídeo en la que aparece la tortura y el asesinato real de una chica a la que se daba por desaparecida. Los dos universitarios comienzan a investigar sobre quién pudo ser el autor y verdugo, encontrando a un posible sospechoso; Bosco (Eduardo Noriega), antiguo amigo de la víctima y que, al contrario de Chema, es un pijo encantador. Las intrigantes indagaciones de esta antagónica pareja de estudiantes terminan por revelar que no se trata solo de un caso aislado, sino de una trama organizada que trafica con películas snuff desde las entrañas de la propia facultad.
Desde un primer momento, el personaje de Ángela concibe la violencia como algo reprobable; vemos como le repugna, por imperativo moral, ver escenas de violencia (nada que ver con Chema, que disfruta con ellas). No obstante, descubrimos como esa abyección no es tan profunda como la oculta fascinación que le impulsa hacia el horror. Un sentimiento de repulsión-atracción perversa e irrefrenable, redirigida y personificada en Bosco, en la que Ángela parece sucumbir al morbo, por momentos.
El planteamiento implícito del film pone en cuestión cómo se aborda la violencia en los medios audiovisuales, entendiéndose como reclamo convertido en producto industrial. Plantea el dilema ético de proporcionar a cualquier precio un espectáculo destinado a satisfacer las bajas pasiones de cierto público, que como diría en el film el profesor Castro, consiste en “darle al espectador lo que realmente quiere ver.” Al mismo tiempo, se trata de enseñar sin escrúpulos lo que genera expectación y aumenta cuota de pantalla, mostrar “lo que vende”. Pero insinuar es más estimulante que mostrar directamente, y Amenábar juega con ello. Por eso no nos deja ver en su plenitud esa película snuff –solo el sonido desgarrador y algunas ráfagas de imágenes– que sugiere tener un contenido tan duro que, como Ángela se cuestiona, el impacto de su visionado puede causar un infarto al espectador. Amenábar no nos la enseña, y en el fondo, nos despierta una cierta curiosidad por verla. Podrán disuadirte para que no mires, pero es demasiado tentador para no verlo.
Mad_Astronaut
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