Es, sin duda, la peor entrega de la saga. No me atrevo a suspenderla porque opino que sería desmerecer en exceso a una serie de películas buenísimas. Además, considerada individualmente, se acerca al 5 (aunque no llega), y es por ello que le doy esa nota.
Rocky está retirado y con problemas cerebrales, debido a las enormes pálizas que se ha llevado a lo largo de su carrera. Para colmo, vuelven a la ruina, debido a una mala gestión del contable de la familia Balboa.
Balboa pasa a la acción intentando ser el manager de Tommy ametralladora Gun, una joven promesa del boxeo mundial, pero Gun le deja de lado en los momentos importantes, aunque a pesar de ello Rocky no le guarda rencor.
Entre medias está la carga emocional de la cinta, la menor de todas con diferencia, en la que se ve a un Rocky tan animado de poder llevar a su pupilo a la cima, que se olvida de su familia.
Gun llega a ser campeón del mundo sin tan siquiera nombrar a Rocky. Es más, lo que quiere hacer es retarle, pero lo único que consigue es una pelea callejera contra él, perdiéndola por KO.