Una película que podría haber sido más, pero se queda en la típica historia de redención y aceptación de las circunstancias. La primera hora apunta mas de lo que finalmente acaba siendo, con buenas dosis de humor sobretodo por parte del personaje de Jason Sudeikis y de Rainn Wilson, que tiene carta blanca para desatarse en su personaje de rockero anclado en su juventud. En conclusión, una pasable historia que con un poco más de mala leche podría haber tenido más bagaje en nuestras memorias.

Lo mejor: El representante y algunos momentos de Rainn Wilson

Lo peor: La poca ambición de la cinta