El film no comienza cuando el protagonista camina solo por las calles de Londres… muchos se equivocan, el film empieza con el origen de la destrucción, de la liberación del virus. Los monos están infectados de ira, pero la ira la originamos nosotros. Que yo sepa, son seres humanos los que aparecen en las pantallas del laboratorio, donde el mono se infecta poco a poco tras visionar las atrocidades que cometemos, por lo tanto, una parte de nosotros está en ese virus. De ahí el comportamiento del protagonista al final del film, donde parece que se convierte en uno de ellos (recordemos que hasta su querida duda a la hora de acercarse a él). Boyle es un experto, ha creado una forma de expresar la ira de los infectados, moviendo la cámara repentinamente sin apenas dejarnos ver lo que sucede, demostrando que nosotros nos infectamos con ellos. Luego, al ser rodada en digital, al igual que INLAND EMPIRE, Collateral… hace que la historia sea más creíble aún. Todo el primer tramo del film es la presentación de los personajes, la explicación de la peligrosidad del virus, la búsqueda de la salvación, la supervivencia… pero todo se tuerce cuando descubren el verdadero terror, lo que en principio era su salvación, “la respuesta a la infección”. Una segunda parte que nos demuestra al ser humano más temible, donde dejamos de preocuparnos por el peligro de los infectados, y lleguemos a odiar a los que nos prometían la salvación. De ahí que el protagonista se “convierta” en un infectado, por decirlo de alguna manera y dudemos al igual que su querida, si es realmente de los infectados de quien deberíamos escapar o simplemente es de los seres humanos.