Pues resulta que al final esto es una alegoría encubierta o involuntaria sobre la creencia en Dios porque ya hay que tener fe para creerse que están en peligro por un huracán de categoría siete, lo que para empezar no existe, que apenas se ve en pantalla. Yo cuando me la puse esperaba ver a gente intentando sobrevivir después de que pasara o a gente muriendo mientras pasaba. Vamos, lo que viene siendo una película de catástrofes, pero resulta que no, que se ve de todo menos desastres naturales —se ven pero poco—.

Casi toda la película ocurre en interiores y muchos de los personajes solo coinciden por teléfono, luego hay una subtrama de secuestros/desapariciones que te meas de la risa. A pesar de ello he de confesar que me la vi entera y que estuve pegado a la pantalla y dura casi tres horas, no es suficientemente mala como para que te rías de las tonterías que salen pero tampoco es un peliculón. Digamos que pasa justita y sin molestar.

Los actores son muchos de ellos conocidos/famosos; Shannen Doherty —«Embrujadas» es lo último que vi de ella, ni te cuento—; Gina Herson —la recordaré siempre por ese peliculón de culto, al menos para mí, que es «Lazos ardientes», junto a Jennifer Tilly y por un episodio de «Psych» en el que aparece junto a Tim Curry y en el que hace de borracha—; luego hay otros que sé quiénes son pero no sé su nombre y también hay uno que se parece a Eddie Cibrian pero creo que no es, si lo es se hizo feo de repente, bueno menos guapo.

Como referente tenemos a «Tigre y dragón», total, no está muy allá pero tampoco es mala malísima, los efectos son penosos pero la verdad es que no te aburres ni un segundo. Un cinco de que la puedes ver entera, no te aburres pero tampoco es gran cosa. Y luego la gente pone a parir «San Andrés» de The Rock, comparada con esta aquella es el «Interstellar» de las películas de catástrofes.