Buena película de Ridley Scott que narra con bastante realismo (de hecho está basada en hechos verídicos) la nueva vida del chófer (Denzel Washington) de un mafioso en las calles de Nueva York, a la muerte de éste, pasando a controlar la droga, gracias a una nueva forma de transportarla por la que conseguirá que la droga sea más pura a un precio mejor. De esta forma construirá un imperio, en donde tendrán cabida sus 5 hermanos, sin involucrarse directamente y sin aparentar.

Todo cambiará cuando un policia honesto (Russell Crowe), ira en su busca.

La película recrea la vida en Nueva York a finales de los 60 y como la Mafia controlaba la ciudad con el permiso de algunos o muchos polícias corruptos.

A pesar de su larga duración, 2 horas y media, no se hace pesada. Está muy bien narrada, no confunde y la buena banda sonora y la buena interpretación de los 2 protagonistas (en especial Denzel Washington, como siempre, impresionante, qué elegancia, qué porte, qué mirada, llena la pantalla en cada papel que hace), te mantiene sin aburrir y además, entretiene.

Buena película, sin más.