Con sus pros, sus contras, sus declives argumentales en algún pequeño momento y una narrativa realmente laborada (porque creo que hay que reconocerlo) por parte de Ron Howard que, últimamente digamos, no ha tenido un recorrido tan fructuoso como ha muchos nos hubiera gustado después de flagelarnos en parte con Han Solo (¿eso qué fue?), Inferno (¿pero eso qué coño fue?) o la inconfeccionada En el corazón del mar, pienso que Una elegía rural trae consigo un trabajo óptimo e interesante del director de Una mente maravillosa.

Ron Howard no es uno de mis directores predilectos, no lo considero tampoco un mal realizador pero la temática que suele exponer, y de forma preocupante a menudo, no me suele atraer mucho. Más bien poco.
Pero... cuando tu nuevo proyecto lo defienden nombres como Glenn Close, Amy Adams o Haley Bennett entonces el atisbo de fe se dispara automáticamente. Pero ello, en parte, también es trampa.
¿Tan apurado puede verse uno, para atraer la atención del público con la ayuda de actrices de mucho renombre?
Eliminad a Adams y a Close de la ecuación y decidme qué queda.

Pues lo que queda es una dirección y una historia (que sí, apoyada en gran medida por el dúo de actrices) que vale la pena ser escuchada y vista gracias a los temas tratados de los que no pienso hacer mínimo spoiler.

¿Es mi cine? No. Pero de vez en cuando no viene mal echar un vistazo a otros terrenos... y pantanosos, debo decir.

La mejor película de Ron Howard desde 'Rush'. Rondará en entregas de premios. Glenn Close y Amy Adams pueden llevarse el Oscar. Una de las dos, y prefiero a Close, debería ganarlo.

Vamos, dale al play este mes con Hillbilly. En estos términos.