Por enésima ocasión nos encontramos que los distritos son regiones relegadas de ciertos sectores de la sociedad que abogan por las normas y estructuras a las cuales se apegan y que al mismo tiempo incentivan esas marcadas diferencias de grupo existentes en cualquier demarcación territorial. Por mencionar tenemos varias en la lista con logros nada cuestionables (La zona, Dir. Rodrigo Pla), pero también contamos con los ejemplares preocupados por hacer denuncia, decorada con persecuciones y piruetas, armas y tecnología, o elementos que inciten el morbo del espectador para hacer que el negocio funcione. Distrito 9 y 13 usan los recursos para que las obvias analogías dejen un dechado de reflexiones vacuas, ante la ineficaz forma de abordar argumentos sólidos.

Obvias analogías de los grupos humanos que habitamos el planeta, que ha sido dividido en regiones y en las que el atraso o avance de los mismos se acentúa día con día. Los habitantes del norte continúan controlando muchas partes del mundo, y pisotean las garantías de quienes no se ven beneficiados por pertenecer a ese selecto grupo, y reiteran las diferencias una y otra vez, el tercer mundo es el patio trasero al cual escupen sin tener miramientos y con comida chatarra se mantiene contento al inferior. Aun con muros se mantienen alertas, el control es esencial y la libertad dada sea dentro de los límites establecidos.

Hoy con representación de alienígenas o como los han querido llamar, langostinos, una vez más se ve la barbarie con la que los seres humanos solemos actuar contra otras especies sin omitir la propia. Distrito 9 (AKA Sector 9) es áspera al abordar la insensibilidad humana y con su transcurrir va mostrando el circo dotado de muchos fierros, luces, mutaciones y lo suficiente para que el buffete visual sea mucho más atractivo para el público que ha asistido a la sala a ver mucha acción. Cinta de denuncia con faramalla que la vuelve insulsa.