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Voto de Juan Marey:
8
Drama Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Solomon Perel, un joven judío polaco, fue internado en un orfanato soviético. Más tarde fue reclutado por los alemanes, que desconocían su identidad, y se convirtió, involuntariamente, en un héroe del ejército nazi. (FILMAFFINITY)
5 de octubre de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la historia increíble y real de un joven judío alemán llamado Solomon Perel nacido en 1925. Debido a la conjunción de varias circunstancias se hace pasar por ario, es visto por el régimen como un héroe y como recompensa es enviado a una escuela de élite de las juventudes hitlerianas, allí deberá desempeñar hasta el final de la guerra su papel de perfecto pequeño nazi.

Una lúcida metáfora acerca del estado de confusión que reinó a lo largo de los años que duró la II Guerra Mundial; unos años dominados por la sinrazón y el sinsentido, en los que cualquier persona quedaba anulada en función de unos ideales autoimpuestos que no dejaban sino entrever la fragilidad de unas doctrinas forjadas a golpe de manipulación. Asistimos a un ejercicio de fingimiento en clave picaresca a través de un largo y doloroso camino por las entrañas de un continente herido de muerte, odio y horror, la simulación, las mentiras de un muchacho que debe aprender a esconderse de sí mismo si no quiere que descubran su secreto, es el germen que utiliza la directora para iniciar un mecanismo narrativo que se sustenta en una mentira que se va enroscando sobre sí misma a lo largo de diferentes episodios en los que practica multitud de géneros perfectamente engarzados (drama, romance, guerra, comedia, terror…). Sin embargo, hay un peso que no desaparece a lo largo de toda la cinta: el miedo; miedo a que, cualquiera de los enemigos, descubra ese secreto de Solomon que tan sólo el espectador conoce, eso hace que haya en todo momento una tensión que llena de sensación de ahogo el relato, añadida a la soledad y el desamparo del personaje.

Una película con un ritmo pausado, pero que mantiene el interés del espectador en todo momento, y lo consigue a través de un guión modélico que dosifica hábilmente drama, acción y toques de comedia. Un film más oscuro, más grave de lo que parece, revestido de una negra y amarga ironía, una mirada sobre el miedo, sobre la culpa, sobre la impotencia, sobre la pérdida definitiva de la inocencia. Una descarnada visión de una época, del alma humana, del absurdo de dos sistemas totalitarios, una película rica en matices y que sin ser netamente bélica, resulta imprescindible para comprender la Europa de la II GM, unos años dominados por la sinrazón y el sinsentido, en los que cualquier persona quedaba anulada en función de unos ideales autoimpuestos que no dejaban sino entrever la fragilidad de unas doctrinas forjadas a golpe de manipulación.
Juan Marey
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