Hace un par de veranos una de las películas que más pudimos disfrutar y que más recomendamos en el blog fue ‘Ahora me ves’, por su perfecta combinación de entretenimiento y espectáculo. Como el asunto funcionó, la maquinaria de Hollywood decidió realizar una continuación que, visto el resultado, se antojaba muy innecesaria.

Si algo hemos aprendido de los magos en el cine es que un mago que quiera ser el mejor no debe revelar sus mejores trucos, ni al espectador ni a la competencia. Una vez descubierto todo queda en fuego de artificio, tan impresionante al verlo como olvidable con el paso del tiempo. Es lo que le ha sucedido a ‘Ahora me ves 2’, que aunque tenga un par de ases en la manga (como es el hecho de contar con un autoparódico Daniel Radcliffe y que su segunda mitad esté medianamente conseguida), la película no es ni de lejos el disfrute de su predecesora. Sabes que hay un truco porque la verdadera magia ya te han dicho que no existe.

A esta secuela le sobran algunos elementos (como el insufrible personaje de la nueva chica jinete o el hecho de duplicar a Woody Harrelson) y dejar de un lado de la trama principal, perfectamente cerrada en su anterior entrega. Resulta que, ahora, no todo es como se nos había vendido para que estés con la mosca detrás de la oreja y piensen en lo que están haciendo el resto de personajes. Además, falta un cierre principal o, al menos, una idea más original para el tema de “El ojo”, su trama principal.

En resumen, ‘Ahora me ves 2’ es lo que Hollywood entiende que debe ser una secuela en el ochenta por ciento de las ocasiones y en todas ellas nos hemos aburrido. Hacer una secuela no tiene porqué significar querer volver a ver lo mismo. Me apetecía volver a ver a estos personajes, pero envueltos en una trama diferente. No me intentes contar dos veces la misma historia.

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