A pesar de que la pelícua nos cuenta el clásico juego del gato y el ratón repleto de clichés, del policía y el asesino que deja las pistas y que, incluso, terminan estando cara a cara en un intenso final, ‘Premonición’ consiguió que en ningún momento de su proyección mirase la hora para saber cuánto faltaba.

Y eso que su director, Afonso Poyart, no pone las cosas fáciles, es más, le hubiera dado una colleja para que dejase la cámara quieta y parase de moverla. Esta forma moderna de rodar ciertas películas no encaja según con qué géneros y aquí le hacía flaco favor a la intriga. Pero también es cierto que hay momentos muy inspirados, como cuando Hopkins (haciendo de Hopkins, pero sigue siendo un tipo capaz de venderme la entrada) cierra los ojos y comienza a ver qué es lo que ha sucedido con la chica de la bañera.

Luego está el hecho de introducir un componente de la ciencia ficción en un thriller, como es la intuición llevada casi a la precognición. Esta vuelta de tuerca hace que la cinta tenga un punto interesante y que el espectador tenga cierta curiosidad por saber el final, donde la película apuesta todas bazas y que resulta bastante resolutivo (aunque contenga alguna trampa).

‘Premonición’ es un thriller de esos que tanto abundaban en los años noventa y que ahora casi están extintos. Tiene sus pegas y, quizás, un segundo visionado la haga mucho daño, pero si queréis estar un rato entretenidos este verano, no dudéis en echarle un vistazo.

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