Muchas veces me preguntan por películas que hagan reír, una buena comedia que te haga pasar una buena tarde y yo siempre contesto que hacer reír es cosa solo de los mejores. No todos tenemos el mismo sentido del humor ni a todos nos hacen gracia las mismas cosas. De hecho, he hablado con gente sobre esta película y me ha sorprendido encontrar a aquellos que prefieren la secuela a la original (algo que yo sigo sin ver).

Para hacer una buena comedia, necesitas buenos ingredientes, buenos artesanos que sepan construirla y sin Harold Ramis no habríamos hecho nada. Uno de los precursores de ‘Los Cazafantasmas’ se pone tras la cámara para dirigir esta desternillante comedia sobre un mafioso con un ataque de ansiedad que debe tratar con un aburrido psicólogo. Si a esto añadimos una de las mejores y más frescas versiones de De Niro (recuerdo que, por aquel entonces, estaba buscando reinventarse) y a un experto en moverse en este terreno como Billy Crystal, tenemos lo suficiente como para que todo vaya, al menos sobre ruedas.

Pero ya no es eso, es que la comedia va como un tiro desde el principio, con diálogos ingeniosos y brillantes que sacan todo el partido posible al género mafioso, con algunos gags que, más que la sonrisa, te sacan una carcajada sincera (como el del funeral o el tiroteo con Vitti llorando). Sí que es cierto que se podía haber sacado más partido de Lisa Kudrow, pero es que hasta de villano principal tenemos al gran Chazz Palminteri y de secuaz al simpático Joe Viterelli.

Es una de esas comedias, que no debes perderte.

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