No hay nada más sano que reírse un rato y, aunque son las películas más simples del mundo, me considero bastante fan de las comedias absurdas tipo ‘Top Secret’, ‘Hot Shots’ o ‘Aterriza como puedas’, capaces de mofarse de los éxitos de turno. Tienen la ventaja de ser películas que no cuestan mucho dinero y que, bien hechas, son largamente recordadas.

La saga de ‘Scary Movie’ había comenzado con muy buen pie, con una divertida primera parte y una simpática continuación. El hecho de que David Zucker cogiese el timón no tenía porque hacer presagiar algo malo sino, todo lo contrario, ser capaces de centrarse en el humor más absurdo y que tan bien le había funcionado hasta la fecha al realizador. Podría decirse que, incluso, prometía, permitiéndose el lujo de meter a Leslie Nielsen en el reparto en un papel jugoso, como presidente de los Estados Unidos de América.

Pero el resultado no puede ser más desalentador. Inexplicablemente, todo coge un aire chapucero, como de recorte drástico de recursos. No es que manejasen un gran presupuesto las anteriores, pero si que se veía cierto grado de calidad en pantalla que, ahora, no existe. A raíz de eso, los gags, las coñas, los chistes se acumulan, haciendo gracia uno de cada diez, volviéndose muy previsibles y muy poco elaborados.

Lo que más chirría es la falta de un “eje” que sostenga la trama. Si la primera cogía como base la saga ‘Scream’ y la segunda las películas de casas encantadas, esta vez se hace un popurrí poco consistente entre ‘Señales’ y ‘The Ring’ (y otras muchas que son parodiadas de refilón como ‘Matrix’) que no casa. Más que ver una película, tengo la sensación de ver sketches sueltos de un programa de humor o de un especial de Navidad televisivo.

‘Scary Movie 3’ es una continuación muy floja, que marcaría la caída en picado de una serie de películas que nos había dado muy buenos momentos. Una lástima, pero es mejor dejar las cosas a tiempo.

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