He tardado un poco más de lo deseado en ver ‘Capitán Phillips’, por unas cosas o por otras, pero por fin ha caído. Y si bien es cierto, como sospechaba, estamos ante una magnífica película, no es todo lo satisfactoria que me gustaría que fuese. Me esperaba engancharme muchísimo más. Me esperaba una obra maestra. Mejor me explico.

Tras las cámaras encontramos a un grandísimo realizador, Paul Greengrass, que vuelve a abordar la película a modo casi documental. Vamos a vivir la experiencia del secuestro del barco casi en primera persona y la tensión en muchos momentos va a atraparnos en nuestra butaca… aunque no sentimos el vaivén de las olas del mar. Greengrass hace un grandísimo ejercicio visual y artístico, pero no termina de engancharme tanto como ‘Bloody Sunday’ o ‘United 93′ en lo que a realismo se refiere. Había momentos, instantes en ‘United 93′ que me daban ganas de unirme a ese pelotón de gente y encabezar la rebelión a bordo. Aquí, en ‘Capitán Phillips’ somos espectadores y vemos lo que sucede con muchísima atención, pero sin el mismo gancho.

Los que me conocéis sabéis que Tom Hanks no es que sea un actor que me haga mucho tilín, pero no puedo negar lo evidente: Hanks está inmenso. Eleva la cinta un punto por encima de lo que uno podría esperar. Sucede lo mismo que con ‘La Terminal’, da la sensación de que está por encima de la película y de lo que se está contando. Eso dice mucho en su favor, porque supone que se está exprimiendo al máximo.

De cualquier manera, ‘Capitán Phillips’ es una gran película, formidable en muchos sentidos que te mantiene en vela desde el minuto uno hasta el ciento veinte. Y que hará que te lo pienses dos veces antes de volver a viajar en barco o hacer un crucero. Una gran opción para ver en el cine si aún no la habéis visto.

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