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España España · MADRID
Voto de Spark:
4
Drama Un grupo de homosexuales se reúne en un apartamento de Nueva York para celebrar el cumpleaños de un amigo. Cuando transcurren las horas, después de beber y de subir el volumen de la música, la velada comienza a exponer las fisuras que existen entre su amistad y el dolor auto-infligido que amenaza con hacer trizas su concepto de la solidaridad. (FILMAFFINITY)
27 de septiembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
De la mano de Netflix nos llegó en 2020 la segunda (la primera fue allá por 1970) adaptación a la pantalla de la obra teatral del mismo nombre de Mart Crowley. En ella un grupo de amigos gays en plenos años 60 se reúnen en el piso de uno ellos (Jim Parsons) para celebrar el cumpleaños de otro de ellos (Zachary Quinto), pero la visita inesperada de un viejo amigo del anfitrión (Alan McCarthy) que resulta ser ultraconservador y homófobo amenaza con aguarles las fiesta a todos.

Que conste que todo material audiovisual de temática LGTBI me interesa a priori (al ser parte del colectivo, no puedo evitar sentirme cautivada si veo reflejadas de forma artística las potentes situaciones dramáticas con las que nos encontramos de forma habitual... desgraciadamente por el hecho de que nos gusten ALGUNAS mujeres en lugar de algunos hombres o algunos hombres en lugar de algunas mujeres), pero no puedo decir que "Los chicos de la banda" sea "Brokeback Mountain" (2005), "Carol" (2015), "Freeheld" (2015), "Detrás del candelabro" (2013) o "Dallas Buyers Club" (2013) precisamente.

Y es que al metraje le pesa su constricción a un espacio cerrado que encierra a unos personajes que se topan con las mismas discusiones, enemistades y tonteos una y otra vez. Esto es algo que en su formato teatral funciona de maravilla, pero como largo de ficción audiovisual "Los chicos de la banda" evidencia multitud de carencias en su desarrollo argumental. Unas carencias palpables a la hora de aportar virajes, amplitudes y nervio que todo film (sea del género que sea) merece. Así que no, "Los chicos de la banda" no tiene el viaje extenso y variado de "Brokeback Mountain"... ni tan siquiera nos aporta el juego serpenteante y divertido de "Pride" (2014), "Albert Nobbs" (2011) o "Los chicos están bien" (2010). El caso es que toca unos asuntos tan íntimos como complejos (el amor (propio y ajeno), la identidad, la autoaceptación, la tolerancia, etc.) pero lo hace de forma velada y redundante, siempre ciñéndose a esa casa con personajes reducidos a lo más esquemático de sus cruciales asuntos.

Es esa acotación y ese manejo del tiempo (que estira planos en silencio que no lo piden en absoluto, mientras que otros se suceden con reiteraciones exasperantes) lo que más le pesa a un producto, un producto que sufre del mismo enjaulamiento que films como "Un dios salvaje" (2011), "Perfectos desconocidos" (2017), "Toc, toc" (2017) o "Agosto" (2013). Unas fieles traslaciones de los escenarios a los fotogramas... pero que no ponen empeño en trasladar su lenguaje de las tablas al celuloide. Por ello reconozco que, si bien me despertó alguna que otra curiosidad en los instantes más tensos de este grupo con tantos secretos de alcoba (eso sin contar con la forma de desenvolverse y recitar de Parsons en sus diálogos (que son más bien soliloquios a los que sabe sacar todo el jugo, aprovechando los momentos de mayor ironía dialéctica)... algo que tampoco sorprende pues ya hemos visto que se maneja con la misma maestría en la irrepetible "The Big Bang Theory" (2007-19)), por norma general me ha producido hastío y he acabado pidiendo la hora a un largo dilatado de forma artificial para tratarse de un producto audiovisual tan limitado en el manejo de su contenido.

Y es una pena, porque esta traslación cuenta con un elenco (el mismo reparto de la obra del Off-Broadway de 2008) excelso, de lo más natural y sincero con sus roles, y además nos regala una cinematografía de postín, con un uso elegante de filtros tenues y ocres, una elección de planos tan orgánica como avispada, y con un diseño de escenarios ilustre (la pata más corta de su puesta en escena se podría achacar a su obviable banda sonora, pero tampoco es molesta ni mucho menos). Pero tenemos lo que tenemos, y esto es un telefilm tolerable a ratos, a otros algo más singular... y a otros molesto en su parsimonia y redundancia. No es una TV Movie de la categoría de "Detrás del candelabro", "Los dos Papas" (2019) o "Wizard of Lies" (2017), digamos que en su conjunto es más bien equiparable a "Mientras estés conmigo" (2020), "El caso Wanninkhof" (2008) o "Imperdonable" (2021) si de largometrajes para la pequeña pantalla se trata. Solo es una cinta recomendable a los muy incondicionales del género del drama asceta, de la temática LGTBI en general o si se es fan de alguno de sus intérpretes (aunque se han visto en roles mejores. Parsons en la mencionada serie de la CBS, Quinto en "Héroes" (2006-10), Bomer en "DC's Doom Patrol" (2019-), etc).

Lo mejor: Sus actuaciones en general... y la de Parsons en particular.
Lo peor: Que no amplíe sus cotas argumentales más allá de esas cuatro paredes (pues ni "Cinco horas con Mario" funcionaría como producto audiovisual sin algo de aderezo, ni "Los chicos de la banda" lo acaba haciendo).
Spark
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