Media votos
5.3
Votos
1,865
Críticas
1,859
Listas
35
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Spark:
7
7.0
9,590
Drama
Años cincuenta. Una acomodada y modélica ama de casa de Connecticut lleva una vida aparentemente equilibrada, satisfactoria y programada según los cánones de la familia burguesa americana. Sin embargo, de manera inesperada, tiene que enfrentarse a una gravísima crisis matrimonial y a un mundo exterior que impone límites a las emociones. Un mundo en el que domina el racismo y la intolerancia sexual. (FILMAFFINITY)
15 de mayo de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gran labor de elegancia sentimental.
Haynes nos transporta a la pequeña y acomodada ciudad de Hatford de los años 50, a una familia aparentemente "perfecta" de la época que esconde secretos, pasiones y deseos reprimidos e inhibidos por culpa de las sogas de una época social más despiadada de lo que aparenta; una ferrea jaula de apariencia bellísima pero de ahogante opresión.
Haynes consigue impregnarnos de aquella época con una fotografía de postal añeja con hermosísimos tonos pastel, encuadres maravillosos, excelente cinematografía e insuperable puesta en escena. Y nos transporta a esas casas del sueño americano, a esos impresionantes jardines y vestidos voluptuosos de esas esposas perfectas y sumisas con la tarta siempre lista, las dobleces de las faldas perfectas y la sonrisa permanente, con esos maridos trabajadores y autoritarios, con ese conservadurismo extremo y esas vecinas con sus chismorreos de microsociedad.
Y es que no se puede encontrar sociedad más acomodada que la norteamericana de los 50, totalmente idícilica... pero con unas estructuras sociales tan rígidas e infames; donde el racismo, la homofobia y el sexismo eran "virtudes" valoradas. Y ahí está Mrs. Whitacker (Moore), tan perfecta como el entorno que la rodea pero con sentimientos escondidos que afloran mientras evoluciona su personaje. Moore es lo mejor del film, está soberbia e interpreta a una esposa abnegada e ingenua con dignidad, naturalidad y total hechizo.
Y es que son las buenas actuaciones las que enaltecen el producto. Destaca Moore con profundas miradas de impotencia y amor, la actriz tiene momentos cumbre que hacen engrandecer el film. La química entre Moore y Haysbert es grande y regalan momentos al borde de la lágrima. Y la original y hermosa banda sonora de Bernstein intensifica con viveza las emociones de ciertas escenas.
Y es que, dejando de lado el muy destacable glamour del film, lo importante de "Lejos del cielo" es que los sentimientos sobrepasan al ejercicio de estilismo. Entre la felicidad aparente (en forma de colores y paisajes embrujantes) y la felicidad real (en forma de miradas y expresiones de nuestros protagonistas) siempre hay un equilibrio... pero son las interacciones de los personajes los que proporcionan el corazón emocional del film. El interesante guión nos muestra adecuadamente lo difícil que resulta para los personajes no exteriorizar y seguir sus emociones contrarias a las normas que la sociedad les impone... la lástima es que la historia no profundice más en estos personajes tan cautelosos, tímidos y correctos, y no les haga traspasar fronteras con osadía real.
Pero la crueldad de atarse a un destino que no se desea por falta de alternativas sí sacude el epicentro de la película con mucha fuerza la primera vez que se ve.
Muy recomendable. Hace reflexionar sobre las sociedades cerradas y la liberación sentimental, y hace que se sufra con sus personajes de forma elegante dejando momentos deliciosamente emotivos.
Haynes nos transporta a la pequeña y acomodada ciudad de Hatford de los años 50, a una familia aparentemente "perfecta" de la época que esconde secretos, pasiones y deseos reprimidos e inhibidos por culpa de las sogas de una época social más despiadada de lo que aparenta; una ferrea jaula de apariencia bellísima pero de ahogante opresión.
Haynes consigue impregnarnos de aquella época con una fotografía de postal añeja con hermosísimos tonos pastel, encuadres maravillosos, excelente cinematografía e insuperable puesta en escena. Y nos transporta a esas casas del sueño americano, a esos impresionantes jardines y vestidos voluptuosos de esas esposas perfectas y sumisas con la tarta siempre lista, las dobleces de las faldas perfectas y la sonrisa permanente, con esos maridos trabajadores y autoritarios, con ese conservadurismo extremo y esas vecinas con sus chismorreos de microsociedad.
Y es que no se puede encontrar sociedad más acomodada que la norteamericana de los 50, totalmente idícilica... pero con unas estructuras sociales tan rígidas e infames; donde el racismo, la homofobia y el sexismo eran "virtudes" valoradas. Y ahí está Mrs. Whitacker (Moore), tan perfecta como el entorno que la rodea pero con sentimientos escondidos que afloran mientras evoluciona su personaje. Moore es lo mejor del film, está soberbia e interpreta a una esposa abnegada e ingenua con dignidad, naturalidad y total hechizo.
Y es que son las buenas actuaciones las que enaltecen el producto. Destaca Moore con profundas miradas de impotencia y amor, la actriz tiene momentos cumbre que hacen engrandecer el film. La química entre Moore y Haysbert es grande y regalan momentos al borde de la lágrima. Y la original y hermosa banda sonora de Bernstein intensifica con viveza las emociones de ciertas escenas.
Y es que, dejando de lado el muy destacable glamour del film, lo importante de "Lejos del cielo" es que los sentimientos sobrepasan al ejercicio de estilismo. Entre la felicidad aparente (en forma de colores y paisajes embrujantes) y la felicidad real (en forma de miradas y expresiones de nuestros protagonistas) siempre hay un equilibrio... pero son las interacciones de los personajes los que proporcionan el corazón emocional del film. El interesante guión nos muestra adecuadamente lo difícil que resulta para los personajes no exteriorizar y seguir sus emociones contrarias a las normas que la sociedad les impone... la lástima es que la historia no profundice más en estos personajes tan cautelosos, tímidos y correctos, y no les haga traspasar fronteras con osadía real.
Pero la crueldad de atarse a un destino que no se desea por falta de alternativas sí sacude el epicentro de la película con mucha fuerza la primera vez que se ve.
Muy recomendable. Hace reflexionar sobre las sociedades cerradas y la liberación sentimental, y hace que se sufra con sus personajes de forma elegante dejando momentos deliciosamente emotivos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Lo peor: Su final. Admito que es un final correcto, acorde con el tono de impotencia y represión que ha llevado el film, tan triste como la realidad que viven los personajes (es más, gracias al final se evidencia aun más que, a pesar de los problemas de la homofobia y el racismo, el más grave que se nos aparece es el del sexismo (es al final la mujer la que acaba perdiendo, víctima política y social de su situación. El hombre blanco divorciado (Quaid), aun socialmente humillado, todavía puede forjarse un futuro de forma independiente sin renunciar a su felicidad sentimental, no así la mujer)). Pero reconozco que deseaba un final feliz porque el cine al fin y al cabo nos puede agradar con lo imposible de vez en cuando... además no me parece muy cabal que Hayden empiece a liberar a sus personajes y justo al final los vuelva a encerrar traicionandolos en su desarrollo.
Lo mejor: Julianne Moore (reconozco que no es de mis actrices favoritas, pero aquí me ha fascinado completamente. Creo que es su mejor interpretación hasta la fecha). Un romance interracial al borde de la lágrima (ya que el romance homosexual nunca pretende ser el epicentro del film (para ver melodramas sobre amores imposibles entre gays ya está la maravillosa "Brokeback Mountain"), sino una historia secundaria (también víctima de esa empecinada e inflexible moralidad) que afecta a la trama principal de Cathy (Moore) que sí es la verdadera apreciada estrella del relato).
Lo mejor: Julianne Moore (reconozco que no es de mis actrices favoritas, pero aquí me ha fascinado completamente. Creo que es su mejor interpretación hasta la fecha). Un romance interracial al borde de la lágrima (ya que el romance homosexual nunca pretende ser el epicentro del film (para ver melodramas sobre amores imposibles entre gays ya está la maravillosa "Brokeback Mountain"), sino una historia secundaria (también víctima de esa empecinada e inflexible moralidad) que afecta a la trama principal de Cathy (Moore) que sí es la verdadera apreciada estrella del relato).