El mensaje de "Prueba de Fuego" es suficiente para calificar a esta película como excelente. Desde luego sólo puede ser apreciada por aquellos que sean capaces de superar una visión materialista o hedonista de la realidad.

Creo que los actores son geniales.

Sin embargo, empezar a ver la película sin haber leído sobre ella puede, a lo largo de las primeras escenas, desconcertar e incluso crear cierto rechazo pues plantea una dura situación, muy verosimil, de forma descarnada.

Esa dureza inicial lleva, progresivamente, a un hermoso contraste. Esta evolución permite un aprendizaje espiritual que considero de gran valor. De una visión puramente pragmática, inmediata, material en la que las emociones espontáneas las que dominan a los protagonistas, se va descubriendo, poco a poco, una dimensión muy superior, realmente salvadora, que sólo puede provenir de Dios como Don y Gracia que hay que demandar con conocimiento y fe. Podemos descubrir la verdad del Amor y del perdón pero para ello hemos de ser lo suficientemente humildes para ver nuestra carente y mísera realidad personal, nuestro reconocimiento de seres incapaces de darnos la existencia a nosotros mismos, la aceptación de que con mayor o menos frecuencia somos degradados por pensamientos, palabras, obras o por ausecia de determinadas obras. En definitiva tenemos que estar abiertos a la Verdad y al Bien, a una visión religiosa de la realidad, católica en definitiva.

Pero, lamentablemente, en muchos se da que: Mentitas est iniquitas sibi (La iniquidad se engañó a si misma).