Menudos pestiños nos regala Hollywood de vez en cuando. Leonardo DiCaprio hizo un buen papel, pero tampoco como para que le den una nominación en los Óscar del año 94. Esta película es de aquellas que la ves, pero si no la ves no pasa nada y te ahorras una reflexión un tanto patética sobre algo que ya sé: Lo miserable que puede ser el ser humano. Tampoco entiendo como una persona puede dejarse tanto físicamente como lo hace la madre del abnegado y hermoso (Depp es "guaperillas", como diría aquel), Gilbert Grape. Aunque llegué a pensar que esta mujer podría tener problemas glandurales, porque yo como como una lima y no hago deporte y así no estoy... Me faltarían como unos 100 kilos para ser como ese ballenato que se recluye en su casa de campo para no ser vista por nadie en lugar de luchar para bajar de peso por su salud y para no ser humillada por la gente (la gente es así. Si se ríen de cualquiera por cualquier chorrada, ¿cómo no lo van a hacer por una mujer que es un autentico ballenato?). Me gustó, a pesar de lo absurdo y poco interesante de su argumento, la actitud de ayuda al otro (cosa estúpida según mi criterio), que lleva un Johnny Depp jovencísimo deseado por una cuarentona Mary Steenburgen más puta que las gallinas (está casada y se quiere acostar- sin éxito- con el bueno de Gilbert Grape), y que no tarda en darse cuenta de que no es de interés por un chaval al que le gusta una chica de su misma edad.

No te la recomendaría. Es demasiado triste y aunque Reilly y Gloover actúan como contrapunto mínimanete cómico no llega a despuntar como una película agradable de ver. El joven DiCaprio, años antes de la afamada y sobrevalorado "Titanic" (1997) hace un buen papel qué tampoco es muy complejo de hacer. Lewis, por otra parte, no sé como llegó a ser actriz cuando no creo que sepa actuar más que su eterno papel de chica simpática y vulnerable. Pff... Y su final... En fin, el film es un "bodriete", aunque se deja ver.