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Voto de Alfie:
8
7.3
2,121
Cine negro. Drama
Tras los muros de la penitenciaría Westgate imperan el miedo y la violencia. El alcaide de la prisión mantiene hacinados a los presos y además, los somete a constantes torturas y vejaciones. Joe Collins y sus compañeros de celda, hartos de la situación, deciden organizar una fuga. Un plan temerario que tiene muchas posibilidades de acabar en un baño de sangre. (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2010
21 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
El acercamiento de Dassin al drama carcelario se produce en “Brute Force”, un film vigoroso tanto en su forma como en su contenido. En su forma porque presenta un estilo novedoso donde la vida de los protagonistas no se ciñe solo a lo que sucede dentro los muros. Así, los anhelos y amoríos que han dejado fuera aparecen en unos flashbacks bastante efectivos, consiguiendo dar respiro y mitigar el agobio ambiental que siempre aparece en estas cintas y que, mal tratado, suele suponer un lastre. Para ello Dassin cuenta con una terna de actrices fenomenal, guapísimas, como son Yvonne De Carlo, Ann Blyth y Ella Raines y que ayudan tanto a los reclusos como al espectador a hacer más llevadero ese auténtico suplicio: la estancia en la Westgate Penitenciary.
Y luego está el contenido. Del gran cineasta americano no se puede esperar otra cosa que no sea compromiso y honestidad en cada uno de sus trabajos. Y aquí ocurre nuevamente. Además cuenta con el guión de Richard Brooks con lo que la buena construcción narrativa está asegurada. Sin llegar a profundizar en los comportamientos y actitudes psicológicas derivadas de las circustancias, el film proporciona una mirada pesimista sobre unos hombres en una situación límite, acorralados y con escasas esperanzas de reinserción. La presencia del capitán Munsey (Hume Cronyn) como jefe de carceleros, un tirano déspota y violento, convierte la estancia de los reclusos en un infierno y hace de la fuga la única salida. Maravillosamente interpretado por Cronyn, el personaje sirve para centrar la crítica de Dassin al sistema (primeros dardos que no pasarían inadvertidos para el ínclito McCarthy) y para posicionar al público a lado de los presos. Unos presos con una faceta humana muy enfatizada y que encabeza Joe Collins un turbio personaje interpretado por el joven Lancaster que actúa en perfecta sintonía con su director, de una manera contenida pero sumamente convincente.
Con unas cuantas secuencias memorables, como las del descubrimiento y ajusticiamiento de algún soplón o la de los métodos atroces del capitán Munsey, y la participación de un secundario de lujo como Charles Bickfort, Dassin completa su historia carcelaria donde, con su habitual cuidado de las imágenes y su poderosa fuerza discursiva, lanza un mensaje claro y rotundo: ¡just force, brute force!
Y luego está el contenido. Del gran cineasta americano no se puede esperar otra cosa que no sea compromiso y honestidad en cada uno de sus trabajos. Y aquí ocurre nuevamente. Además cuenta con el guión de Richard Brooks con lo que la buena construcción narrativa está asegurada. Sin llegar a profundizar en los comportamientos y actitudes psicológicas derivadas de las circustancias, el film proporciona una mirada pesimista sobre unos hombres en una situación límite, acorralados y con escasas esperanzas de reinserción. La presencia del capitán Munsey (Hume Cronyn) como jefe de carceleros, un tirano déspota y violento, convierte la estancia de los reclusos en un infierno y hace de la fuga la única salida. Maravillosamente interpretado por Cronyn, el personaje sirve para centrar la crítica de Dassin al sistema (primeros dardos que no pasarían inadvertidos para el ínclito McCarthy) y para posicionar al público a lado de los presos. Unos presos con una faceta humana muy enfatizada y que encabeza Joe Collins un turbio personaje interpretado por el joven Lancaster que actúa en perfecta sintonía con su director, de una manera contenida pero sumamente convincente.
Con unas cuantas secuencias memorables, como las del descubrimiento y ajusticiamiento de algún soplón o la de los métodos atroces del capitán Munsey, y la participación de un secundario de lujo como Charles Bickfort, Dassin completa su historia carcelaria donde, con su habitual cuidado de las imágenes y su poderosa fuerza discursiva, lanza un mensaje claro y rotundo: ¡just force, brute force!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Quisiera hacer mención a tres puntos importantes:
- uno es lo relativo a los flashbacks. Si bien pueden parecer inapropiados y rompedores de ese ritmo y de esa atmósfera angustiosa que tiene el film durante buena parte, si creo que lo hacen más humano a los ojos del espectador al poner en antecedentes a cada uno de los reclusos. Por lo visto no fueron del agrado en un principio del propio Dassin, obligado por la productora a su inclusión, aunque me parece que el resultado final es bueno dando, ya digo, ese toque de originalidad que la distingue de otros films de referencia de la época.
- la figura de capitán Munsey y su actuación encuadrada en el fascismo más absoluto. Esa tortura en camiseta de tirantes, con la música de Wagner y con el enfoque final de su retrato en la pared, recuerda al más feroz de los comandantes de la SS o de la Gestapo. Inolvidable papel y enorme actuación.
- la violencia. Siempre presente. Desde la tortura, pasando por las muertes de ambos chivatos (aplastado y ejecutado, respectivamente), la revuelta, el suicidio o ese final donde casi mueren todos (faltaba solo el doctor) evidencian a “Brute Force”, sin duda, como una historia de violencia.
- uno es lo relativo a los flashbacks. Si bien pueden parecer inapropiados y rompedores de ese ritmo y de esa atmósfera angustiosa que tiene el film durante buena parte, si creo que lo hacen más humano a los ojos del espectador al poner en antecedentes a cada uno de los reclusos. Por lo visto no fueron del agrado en un principio del propio Dassin, obligado por la productora a su inclusión, aunque me parece que el resultado final es bueno dando, ya digo, ese toque de originalidad que la distingue de otros films de referencia de la época.
- la figura de capitán Munsey y su actuación encuadrada en el fascismo más absoluto. Esa tortura en camiseta de tirantes, con la música de Wagner y con el enfoque final de su retrato en la pared, recuerda al más feroz de los comandantes de la SS o de la Gestapo. Inolvidable papel y enorme actuación.
- la violencia. Siempre presente. Desde la tortura, pasando por las muertes de ambos chivatos (aplastado y ejecutado, respectivamente), la revuelta, el suicidio o ese final donde casi mueren todos (faltaba solo el doctor) evidencian a “Brute Force”, sin duda, como una historia de violencia.