Francella y Brandoni son dos ACTORES de esos que sólo pueden ser nombrados con mayúsculas. Este recital interpretativo que nos sirve Gastón Duprat no se concibe sin estos dos grandes talentos. La historia va de lo original a lo previsible con algunas escenas que solo se salvan por quien las interpretan pero el conjunto deja un muy buen sabor de boca.
No era una de esas películas que quisiese ver...es cierto. Entrar a verla fue un poco por casualidad ya que la distribuidora daba otro par de opciones pero, por no tragarme una china con subtítulos, opté por esta y salí mucho más satisfecho de lo que salieron mis compañeros todos ellos programadores de televisión y de cines de la china.
Hay escenas muy divertidas pero en lo que trata de emocionar se queda corta y es muy posible que sea una virtud.
Raúl Arévalo está un poco de comparsa pero cumple en un papel que encaja perfectamente con su carácter...el resto correcto.
Una demostración del buen cine que se hace en Argentina que vive también una década prodigiosa.