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Voto de Pedro Triguero_Lizana:
8
6.7
1,163
Western
Un sheriff abandona su puesto para perseguir a un joven mexicano acusado de violar a una pequeña de doce años. Es un joven rápido con el cuchillo, y difícil de capturar, por lo que su persecución es larga y complicada. (FILMAFFINITY)
27 de febrero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, es una gran película del Oeste que no sólo trata sobre una caza del hombre o una persecución sino también sobre un despertar de la conciencia para el personaje de Lee Van Cleef, al que el guión se empeña en poner en todo tipo de problemas y dilemas morales, como si tratara de sacarle de una invencibilidad inicial.
Por otro lado, Jonathan Corbett (Lee Van Cleef) posee algo de los detectives del cine negro: después de muchas trampas y aventuras, descubrirá no sólo la verdad, sino también los recovecos de un mundo en el que no existe la justicia y los ricos y poderosos ejercen un poder férreo sobre sus subordinados (Nieves Navarro, Walter Barnes) y tratan de manipular a los brazos ejecutores de la ley como Corbett.
Frente a la injusticia reinante se imponen el respeto mutuo, y hasta cierta amistad, entre personajes antagónicos y opuestos (un lacónico Van Cleef y un parlanchín Tomás Milian), y el duelo a muerte como forma de justicia rápida. La banda sonora de Ennio Morricone es sencillamente genial. Hay que destacar el papel de pervertido de Ángel del Pozo, el monje ex-pistolero encarnado por Antonio Casas, y todo el segmento del rancho de la viuda (Nieves Navarro), algo así como una reinterpretación sádica y un poco misógina de "La pradera sin ley" (Man Without a Star, 1955), de King Vidor.
Por otro lado, Jonathan Corbett (Lee Van Cleef) posee algo de los detectives del cine negro: después de muchas trampas y aventuras, descubrirá no sólo la verdad, sino también los recovecos de un mundo en el que no existe la justicia y los ricos y poderosos ejercen un poder férreo sobre sus subordinados (Nieves Navarro, Walter Barnes) y tratan de manipular a los brazos ejecutores de la ley como Corbett.
Frente a la injusticia reinante se imponen el respeto mutuo, y hasta cierta amistad, entre personajes antagónicos y opuestos (un lacónico Van Cleef y un parlanchín Tomás Milian), y el duelo a muerte como forma de justicia rápida. La banda sonora de Ennio Morricone es sencillamente genial. Hay que destacar el papel de pervertido de Ángel del Pozo, el monje ex-pistolero encarnado por Antonio Casas, y todo el segmento del rancho de la viuda (Nieves Navarro), algo así como una reinterpretación sádica y un poco misógina de "La pradera sin ley" (Man Without a Star, 1955), de King Vidor.