La brujería es tan antigua como la propia existencia del mal, los conjuros y ritos satánicos son rituales poderosos para invocar a los demonios, es un contrato de por vida que vincula a los adoradores con el espíritu del maligno.

Fernando González Molina nos ofrece su segunda producción de esta saga de la escritora Dolores Redondo que da vida a las investigaciones de la inspectora Amaia Salazar en el Valle del Baztán en Navarra.

Solo el cariño a esta preciosísima tierra nos hace ver con mejores ojos una película un tanto confusa que nunca consigue transmitir realismo al espectador con un elenco de actores bastante flojo.