Por un lado, tenemos la buena noticia, una producción en la que en unos preciosos (por lo entrañables) títulos de crédito iniciales podemos leer, primero que la cosa va a ir sobre sectas satánicas, luego los nombres de Tom Noonan, Mary Woronov y Dee Wallace (todo un dream team para el degustador de serie B de los 70/80), ante lo cual es más que comprensible la emoción que puede llegar a embargar a un rendido degustador de todo ello (eje de la trama y elenco actoral) y por otro lado y también como causa de la lectura de esos créditos iniciales, la mala noticia (para echarse a temblar), a Ti West en la dirección y escritura (la pobre "El cobertizo 2005" y el infumable bodrio, "Trigger Man 2007") y a su inseparable colega de truños, Larry Fessender, en la producción.

Estamos ante un intento de colar como homenaje al cine de terror de los 70/80 en cuanto a atmósfera y ambientación, lo que no pasa de ser otra mala película que añadir a la filmografía del inefable Ti West, intento que puede tenga éxito con algún sector de los espectadores, pero que a buen seguro cabreara al medianamente curtido en este tipo de films y hará jurar en arameo a todo aquel que tenga la visión de tropecientas producciones de terror de toda condición y pelaje desde los 70 hasta nuestros días y se la haya enchufado por el señuelo de tan insigne reparto (aquí tienen a uno), ya que Dee Wallace se limita a aparecer apenas un minuto al comienzo como una agente inmobiliaria cuyo papel no aporta absolutamente nada a la historia, y Tom Noonan y Mary Woronov (una pena lo fea que ha aceptado salir en tan pésima producción), poco mas como ese matrimonio de brujos, no sabemos de qué culto ni de dónde vienen ni a donde van, todos ellos al servicio de las infumables y aburridas idas y venidas de Jocelin Donahue, la estudiante devenida a niñera que nos castiga con su presencia durante todo el metraje.

En resumen, aunque la mona (pésima dirección y guión) se vista de seda (Noonan, Woronov, Dee Wallace y peinados y actitudes retro) mona se queda.