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España España · Londres
Voto de Sitodine:
5
Comedia. Drama En 1972, son hallados en la vía del tren de Tarrasa los cadáveres decapitados de dos obreros textiles así como una nota de despedida: "Los extraterrestres nos llaman, pertenecemos al infinito". Poco después aparecen otras cartas póstumas totalmente sobrecogedoras dirigidas a la ONU y a los investigadores del fenómeno OVNI en toda España. En ellas, los dos suicidas hablan de la increíble mutación que han sufrido sus cuerpos, lo que les ... [+]
12 de agosto de 2011
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
[Suena el tema The Dragon, de Vangelis]

Queridos amigos filmaffiniteros milenarios. Bienvenidos a la crítica del misterio. Una reflexión cósmica sobre la película que narra los inquietantes sucesos acontecidos en Terrasa un 20 de junio de 1972. Un evento tan terrorífico, tan escalofriante, tan macabro y tan perturbador como los crímenes de Cuenca, la matanza de los Galindos, la masacre de Puerto Hurraco, el aquelarre de Guarromán y la insólita aparición del Aberroncho en el Huerto del Francés. Tenemos datos, documentos, nombres y apellidos, actas notariales... pequeñas reliquias de la España más negra, una España en la última etapa del franquismo; triste, gris, rural y folclórica, donde la ufología representaba una vía de escape para todos los ingenuos soñadores (freaks) que se marchitaban en el seno de un ambiente social enrarecido. Por aquel entonces, la locura alienígena se extendía como la pólvora. Los ovnis salían en los periódicos, en la televisión y en el No-Do. Mucho se había hablado de los mensajes UMMITAS que recibía el contactado Fernando Sesma, sustituto español del iluminado norteamericano George Adamski, conocido, entre otras cosas, por fotografiar tapas de aspiradora y presentarlas como naves procedentes de Venus. La evidencia extraterrestre se presentaba cada vez más clara (¿?) y en la cultura popular española comenzaba a fraguarse todo un submundo de alucinados, inmersos en una parafernalia que acabaría gestando el trágico destino de José Félix Rodríguez y Juan Turu.

O eso dicen.

Pero…

Platillos Volantes, lejos de profundizar en el contexto de los hechos y de analizar con lucidez el impacto de la casuística ufológica en España, nos presenta a dos frikis que protagonizan una serie de situaciones humorísticas, culminando en un final que ya conocemos de antemano, pero tan mal engranado con el resto de la narración, que acaba reduciendo la interpretación de todo un "supuesto" fenómeno social, ya de por sí desarrollado de forma bastante insípida, a una mera anécdota. Después del visionado, sobreviene el dilema: La película consigue hacernos sonreír en algún que otro momento, pero no evita un sentimiento de desazón que ratifica, pese a la originalidad de su concepción, que estamos ante un producto fallido. Un film ahogado en un guión cómodo, centrado en la vis cómica y que obvia el hecho de estar tratando un suceso dramático. Todo acaba siendo representado con absoluta indiferencia, incluyendo una secuencia final que viene a confirmar la poca seriedad que la película guarda para sí misma.

Queridos amigos filmaffiniteros milenarios, sólo puedo recomendar esta película a los cinéfilos mansos y poco exigentes y a los insomnes que necesiten un chute de cine ligero como sustituto de un programa de Iker Jiménez.

Abrazos cósmicos y buen rollito milenario.

[Suena el tema Alegría, de Cirque du Soleil]
Sitodine
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