Normalmente cuando se decide hacer un "remake", el manual de márqueting aconseja que sea de un film que en su momento fuera conocido, por aquello de atraer a los fans de dicho film más a nuevos "clientes" atraidos por una nueva puesta en escena y nuevos protagonistas para una historia conocida. Sin embargo, otros productures y directores más avispados, bucean entre la multitud de películas de "série B" (algunas de ella también llamadas de "culto"), poco conocidas, para aprovecharse de sus ideas, intentando ofrecer visiones diferentes, o incluso la misma pero con más medios. Los hay, incluso, que buscan en otros países lejanos (orientales por ejemplo), llegando a presentar su largometraje como si fuera algo "nuevo", o por lo menos obvían la fuente.
El realizador Simon West, ha querido repescar un antiguo (y prácticamente olvidado) film que protagonizó en su día Charles Bronson, llamado "Fríamente sin motivos personales", para presentarnos lo que en realidad es "lo último de Jason Statham", uno de los nuevos iconos del cine de acción de principios del siglo XXI. En esta ocasión Statham interpreta (por decir algo) a un meticuloso asesino, que un buen día recibe el encargo de liquidar a su propio jefe, para colmo con una de las pocas personas con las que mantenía cierta relación. Para colmo, deberá cargar con su hijo, y se verá obligado moralmente a enseñarle los trucos del oficio.
Hay que decir de entrada, y para ser sinceros, que si el original de Michael Wiiner ya apenas pasaba de correcto, esta incursión de West aún es peor. No cabe duda que el realizador ha pretendido modernizar la trama, ofreciendo además unas medidas dosis de acción, lo justo como para justificar los fuegos artificiales de rigor. El problema no es tanto la falta de pretensiones del film como lo vacío de su propuesta (por otro lado algo normal en un film de acción). El verdadero problema es que al tratarse de un film que tiene muchos "tiempos muertos", no resulta nada sencillo rellenarlos. De alguna forma, hay ciertos guiños a "Le samuari", pero ni Statham es Delon ni West es Melville, con lo que el resultado final es una cinta que aburre más que distrae, y mostrarnos durante todo el metraje a Jason Statham con pinta de andar estreñido no es en modo alguno aspirar a ofrecernos un film profundo. Los momentos de acción estan bien resueltos, todo hay que decirlo. Pero el tema del maestro/alumno está resuelto de una forma chapucera e incluso apresurada.
Lamentablemente no es suficiente para un film cuyo trailer promete más de lo que su visionado nos ofrece.