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España España · Barcelona
Voto de manulynk:
6
Thriller. Intriga Thomas Craven (Mel Gibson) es un veterano investigador del departamento de policía de Boston cuya hija de 24 años, Emma (Bojana Novakovic), es asesinada. Thomas decide entonces intentar averiguar por qué su hija acabó de forma tan trágica, y descubrir quién ha acabado con la vida de la persona a la que más quería. (FILMAFFINITY)
29 de noviembre de 2011
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras varios años sin aparecer en pantalla Gibson vuelve a las órdenes de Martín Campbell para protagonizar un denso “thriller” en el que encarna a un policía que busca esclarecer los motivos y sobretodo encontrar a los autores de la muerte de su hija, asesinada en sus propias narices. A simple vista, el film puede parecer la típica película de un padre que trata por todos los medios. Y algo de esto hay en el film. Sin embargo, Campbell, va mucho más allá, alejándose de la espectacularidad y la violencia gratuita que se le puede suponer a este tipo de títulos, y acercándose al “thriller” de los años 70.

Hay dos aspectos que sobresalen en este film y lo hacen destacar muy por encima de la media habitual de producciones de este tipo. En primer lugar, el peso dramático del mismo. Pese a tratarse de un film eminentemente policíaco, están muy bien logrados el dibujo psicológico de Craven, un maduro policía, solitario, quien, tras perder a su hija, parece no quedarle otra cosa que hacer en este mundo que vengarle. Llama la atención que las visiones que tiene Craven hablando con su hija, sean representada cuando ella era una niña, mostrando cómo la ve el propio Craven en su interior, lo que es bastante coherente con la trama, puesto que se supone que desde que creció y maduró su contacto con ella se ha limitado a esporádicas visitas. La puesta en escena del hogar de Craven acentúa aún más la sensación de soledad del personaje, aspecto sobre el que todavía incidirá el realizador tras el asesinato de su hija. Además, también está muy bien logrado el misterio personaje interpretado por Ray Winstone, una especie de agente secreto, cuya lealtad no acaba de quedar clara pero cuyas breves apariciones consiguen complementar y equilibrar al personaje de Craven a la perfección.

En segundo lugar, es destacable el fatalismo que destila el film prácticamente desde el comienzo del film, anticipándonos que el encuentro entre padre e hija va a ser el último. Pero es a partir de la muerte de esta, cuando se acabará instalando totalmente. El camino que inicia Craven es sin retorno, y éste parece aceptarlo sin ningún problema. Camino que además es compartido por otros personajes del film.

Todo esto proporciona a la historia una profundidad poco habitual en films del estilo. Cuando lo fácil hubiera sido ver a Gibson disparar a todo lo que se mueve, Campbell se limita a concentrar la acción a breves, secos y al mismo tiempo eficientes estallidos, obligando al espectador a seguir atentamente las evoluciones del protagonista en su búsqueda de la verdad y algo más.

Para ser un film de vocación claremente comercial, el realizador supera de largo nuestras expectativas iniciales ofreciéndonos algo más, y de buena calidad, lo que demuestra que pese a tratarse de un director cuyo nombre suele estar asociado a producciones más taquilleras que personales, por lo menos sabe lo que hace y sabe entretenernos sin necesidad de trucos gratuitos y manidos.
manulynk
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