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Voto de Sibila de Delfos:
9
Drama. Comedia A Woody Grant, un anciano con síntomas de demencia, le comunican por correo que ha ganado un premio. Cree que se ha hecho rico y obliga a su receloso hijo David a emprender un viaje para ir a cobrarlo. Poco a poco, la relación entre ambos, rota durante años por el alcoholismo de Woody, tomará un cariz distinto para sorpresa de la madre y del triunfador hermano de David. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2014
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nebraska es una delicia. Una película prácticamente perfecta. Tan sencillo de decir y tan difícil de hacer.
Alexander Payne, uno de los mejores y más únicos realizadores estadounidenses de las últimas décadas, se quita el mono comercial que tan bien se puso en Los descendientes (grandísima película donde las haya al servicio de un no menos espléndido George Clooney) para volver a su territorio auténtico, el de la maravillosa Sideways, que no sólo es el estado de Nebraska, sino también el cine independiente. Así, Payne apuesta en esta ocasión por un estilo de dirección que combina planos fijos muy alejados de la acción con otros muy pegados a los actores para que el espectador sea uno más en las vidas de los personajes. No se puede olvidar la maravillosa fotografía en blanco y negro de Phedon Papamichael, casi otro personaje más de la cinta, que aporta una personalidad muy especial a la película. El otro gran acierto es el libreto de Bob Nelson, que con tres pinceladas muy simples retrata la avaricia y la poca química que existe a veces entre miembros de la misma familia, las relaciones entre padres e hijos y por supuesto los primeros síntomas de la demencia senil de una forma absolutamente enternecedora y realista, sin renunciar por ello al humor. Hay que decirlo bien claro Nebraska es una de las películas más divertidas que se han estrenado en 2013. Y cuando vean escenas como la de la conversación entre padre e hijo en el bar acerca de la relación y matrimonio de los Grant, la de cierto robo en una granja o cada una de las apariciones de una excelsa June Squibb (qué comicidad la de esta señora; merecidísima nominación al Oscar)) sabrán a qué me refiero. Es una de esas películas a las que cuesta encontrar pegas o verdaderos defectos. Sólo una cosa se le puede reprochar a Nebraska, y es que alarga demasiado su parte final, una vez Woody y David vuelven a compartir el protagonismo absoluto de la película, pero incluso en ese tercio final menos logrado se acumulan tantos momentos memorables que es imposible no mantener la sonrisa en la cara.
Y qué decir de Bruce Dern en la que es quizá la mejor y más impresionante interpretación masculina de 2013. No se pasa nada, no exagera nada, matiza hasta el extremo cada mirada y cada frase, haciendo de Woody Grant un personaje inolvidable. En una palabra, es un trabajo absolutamente sublime, propio de un maestro. Por ello es quizá tan injusto que Will Forte haya sido casi siempre olvidado en todas las quinielas y comentarios. La estrella de la película es Dern, sin ninguna duda, pero Forte se queda muy lejos de ser un simple complemento y compone un personaje precioso de una forma simplemente extraordinaria.
Quizá no se vaya a convertir en la película favorita de multitudes de gente, pero Nebraska es una película casi casi perfecta, y eso es muy difícil de conseguir... salvo que te llames Alexander Payne.

Lo mejor: El sentido del humor y la ternura del guión y todos los actores, capitaneados por unos gigantescos Bruce Dern y Will Forte.
Lo peor: Le sobran fácilmente quince minutos en la parte final.
Sibila de Delfos
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