Claro ejemplo de película sostenida única y exclusivamente por el inagotable talento, carisma y simpatía de un único intérprete.
Claro que, cuando esa intérprete es Maggie Smith, todo se puede perdonar.
Los cuatro puntos que se lleva la película son para ella, porque es ella la que acapara todo el interés y la que consigue que la cosa sea medianamente entretenida y tierna. Es una de las mejores actrices del mundo y de la Historia, sin duda alguna, y se basta y se sobra ella sola para captar el interés del espectador con su magistral manejo de la comicidad.
Lo demás es una cinta bastante pobre en lo dramático, no demasiado interesante más allá del personaje de Smith, y únicamente adecuada para alguna tarde de domingo sin mucho más que hacer. Pero loa infinita a la Dama, porque sobrepasados los 80 años sigue siendo una delicia de evr en pantalla y un ejemplo para todas las actrices y todos los espectadores.

Lo mejor: Maggie Smith. Única y eterna.
Lo peor: No tiene mucho más que ofrecer.