Segunda entrega de la 'Trilogía del Baztán', basada en las novelas de Dolores Redondo.
Es interesante y entretenida, resultando por sí misma una cinta competente en el plano técnico y algo discutible en el narrativo.
Claro que tendré que juzgarla finalmente en las debidas condiciones cuando vea la tercera y última parte, pero esta, per se, está bien.
Es cierto que tiene elementos del thriller español que a mí no me encandilan precisamente, como la dirección artística de interiores, con todos los decorados "milimetrados" para conseguir una pátina de excelencia, que por sí misma está bien, pero que se ve que está buscado hasta la más mínima expresión. Esto hace que para mi gusto pierda frescura y verdadera autenticidad.
En cuanto a la historia, a pesar de su larga duración no cansa nada y resulta amena en todo momento, pero no es hasta el último tercio cuando hay más brío y chispa narrativa, con momentos bien conseguidos escorados hacia al puro horror.
La tensión acumulada a veces estalla y da lugar a escenas dinámicas y otras nos dejan con la miel en los labios.
Pero, vaya, está bien y entretiene. Ahora habrá que ver la tercera, a ver si nos deja con un buen sabor de boca. Hasta ahora, irregular.

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