Pues yo no he podido con ella.
Quizá sea porque, a estas alturas, estamos ya muy saturados de modestos Harrys Palmers o glamourosos Bonds o , quizá, porque no soy especialmente aficionado a este tipo de films pero la trama se me ha hecho pesada, lenta, confusa, aburrida, sin ningún atractivo. Al director le cuesta entrar en materia. Dedica a la presentación de los personajes media película. Y a mí me la trae al pairo que al tipo ese le gusten los champiñones y Mozart y que sea un sibarita de cuidado, que cocine de puñetera madre y haga él mismo la compra que, por cierto, si nos quieren pintar una imagen más realista de estos espías, ¿por qué en vez de cocinando no le vemos arrodillado limpiando la mierda de debajo del fregadero o viendo los concursos de la tele o escuchando en la radio a los 40 principales?. Sí, sí, un modesto funcionario pero menos, su casa es un cuchitril pero sus gustos !qué refinados oye!.

Tampoco me importan nada los informes L101 ni los expedientes HIJ, CC1y XR22. Mi cabeza empieza a dar vueltas y el alfabeto me marea.
Me parece un rollo patatero y, además, creo que desde el principio ya andaba perdido. Tendréis que disculparme. Y no es que yo sea de los que se complacen con escenas de acción a mansalva y todas esas chorradas pero, !leches!, no es mucho pedir algo de ritmo y, sobre todo, claridad en el relato. Claro que igual soy yo que me pierdo muy fácil. Lo lamento por el bueno de Caine pero yo ya no estoy para comerme la cabeza con estas tramas retorcidas psicodélicas que no llevan a ninguna parte. Son ganas de marear la perdiz y tampoco me las creo ni mucho menos las disfruto. No considero que las cintas de espías tengan que ser presentadas como un ovillo difícil de desenredar por muy complicada que sea la trama y tampoco me gusta que sea el protagonista quien me la tenga que explicar. Ese recurso es de malos autores. Los buenos ya se encargan de conducirnos por ella con toda claridad.